HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

martes, 16 de agosto de 2011

UNA CONVERGENCIA NATURAL DE INTERESES

Cristina y Macri, aliados para explotar el colapso opositor.

Con perfecta reciprocidad, Mauricio Macri se comunicó desde Roma para felicitar a CFK por su triunfo, igual que ésta lo hiciera antes con él la noche del 31 de julio, cuando el PRO arrasó en la segunda vuelta porteña. Estos gestos son la envoltura de un entendimiento sumamente exitoso en sus resultados. El paso al costado de Macri luego de ser reelecto y su negativa a apoyar a Eduardo Duhalde o a cualquier candidato opositor, fueron decisivos para el espectacular triunfo del kirchnerismo en las primarias. Los resultados en Capital Federal, Santa Fe y Buenos Aires, los tres distritos donde el PRO concentra la masa de sus votantes, dan una idea de cuán distintos hubieran sido los números de las primarias si Macri hubiera volcado su influencia a favor de la candidatura de Duhalde. En Capital, éste alcanzó el 22,14%, recibiendo una escasa parte del voto de Macri, que el 10 de julio cosechó el 47%. En Santa Fe, Miguel del Sel obtuvo el 24 de julio el 35,2%, pero Duhalde el domingo pasado apenas arañó el 11.62%. Por último, en Buenos Aires, el lomense se tuvo que contentar con el 13,8%, en tanto que el PRO, en su última elección bonaerense, el 28 de junio del 2009, se alzó con el 34,6%. Queda, por supuesto, la duda acerca de cuántos votos del PRO le hubiera arrimado Macri a Duhalde haciendo campaña a su favor, pero es probable que hubieran sido más que suficientes como para superar la barrera del 20% y plantear la posibilidad de una polarización con la presidente el 23 de octubre. La neutralidad de Macri dejó a Duhalde librado a su suerte, impidiéndole entonces que se despegara significativamente de Ricardo Alfonsín y Hermes Binner. Ante el paso al costado de su jefe, los macristas dispersaron sus votos entre distintos candidatos, ante el regocijo del gobierno.

Con la vista en el 2015

De más está decir que Macri no actuó torpemente. Su convergencia de intereses con el kirchnerismo salta a la vista. Tanto Duhalde como Alfonsín están al borde de un inminente colapso y hasta corren el riesgo de obtener en la primera vuelta menos votos que en las primarias. Este abismo que parece abrirse a sus pies ya tiene algunos anticipos. Por ejemplo, Federico Storani culpó ayer al acuerdo electoral sellado entre Ricardo Alfonsín y Francisco De Narváez por la derrota en las urnas registrada el domingo y aseguró que en ese armado “hubo un oportunismo muy marcado que se pagó carísimo”. Si el año termina con un radicalismo en crisis y el duhaldismo próximo a la extinción, Macri surgiría casi automáticamente como la estrella del firmamento opositor. Los restos del Peronismo Federal y el duhaldismo podrían ser absorbidos con relativa facilidad por el PRO, mientras que el nuevo fracaso metería al radicalismo en una crisis de consecuencias imprevisibles. El proyecto Macri 2015 tendría así el camino allanado y hasta Cristina podría en el fondo estar de acuerdo. Es que ella no puede ser reelecta y, como suele pasar en estos casos, tal vez prefiera que la suceda un opositor no peronista antes que otro kirchnerista que, como es tradición en la política, se apuraría a borrar la influencia de su antecesora. Esta gran convergencia de intereses entre la presidente y Macri tendría obviamente otros capítulos, como, por ejemplo, un plan de obras públicas para la Ciudad con el aval del Gobierno Nacional.

Sin embargo, en este contexto, Macri todavía debe sortear el trecho que va desde ahora hasta el 23 de octubre, surfeando entre la neutralidad y un discurso crítico -light- del gobierno. Y tal vez hasta echándole las culpas a la oposición, por su falta de unidad. Tres semanas atrás, María Eugenia Vidal dijo ante las cámaras que podía llegar a votar por CFK en las primarias. Viendo lo ocurrido, da la impresión de que efectivamente esto ocurrió. Los arrolladores guarismos obtenidos por el kirchnerismo le pueden llegar a dejar libre al PRO el campo opositor que va desde el centro a la centroderecha. Para que esto no ocurra, Alfonsín o Duhalde tendrían que levantar significativamente en intención de voto en las próximas semanas para, aun perdiendo, sobrevivir a la cercana debacle opositora.

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