SERGIO CONSTRUYE LAS VIVIENDAS, ANÍBAL LOS NÚMEROS.

Alfonso Prat Gay

Esto se parece al mundo del revés, donde “dos y dos son tres”. La Presidente Cristina y el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández insisten en que se han “construido” 850.000 viviendas. El dato me alegró enormemente hasta que ingresé en el sitio web oficial que informa el detalle de lo construido y comprobé que el dato no se adecúa totalmente a la realidad (por no decir que es otra mentira). Entre el año 2003 y mayo del 2011 se han construido 330.433 viviendas. Las 850.000 de Aníbal incluyen éstas, más las que están en construcción, las que les hicieron algún arreglo (suman como construida hasta las casas donde sólo pintaron) y las que en algún momento van a construir o arreglar. Los invito a ver los datos: hasta el viernes estaba esta tabla. Hoy encontramos esta en http://www.vivienda.gov.ar/. En vez de reconocer la mentira, junta mejoras con viviendas construidas. Así construye Aníbal las estadísticas.

Consultado por estos números y más específicamente por las 850.000 viviendas que dicen haber construido y la contradicción con las 330.433 que informaba la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, el Sr. Aníbal Fernández comentó que “los datos oficiales son los que doy yo, que soy el Jefe de Gabinete (…) yo no me fijo en nada (…) yo soy el que los construye”. Esto es como el cuento del lobo. Hay que entender Aníbal, que si se dicen muchas mentiras, al final nadie le va a creer.

Sospecho que algunas de las viviendas del año 2003 son de Duhalde, pero démoselas a los Kirchner. 330.000 viviendas en algo más de 8 años implican un promedio anual de 39.202, lo mismo que las 39.280 que construyó el menemismo neoliberal. Si lo vemos en términos de gasto, los Kirchner gastan un 30% menos en vivienda que la dictadura (0.51% del PIB versus 0.71%). ¡Eso es progresismo!

Desde que asumió Néstor – más o menos para cuando Aníbal pasó de hiperduhaldista a antiduhaldista – la demanda creció vegetativamente en 1.289.671 viviendas. O sea que Néstor y Cristina apenas cubrieron la cuarta parte de la necesidad de su período. Para que se entienda bien: después de 8 años de fuerte crecimiento y de un aumento de la recaudación de 10 puntos del PIB (US$ 42.000 millones por año) hay 4 millones de familias que viven en condiciones indignas. Uno debe preguntarse, ¿por qué habría que reelegirlos? (No nos preocupamos por vos, Aníbal; descartamos que pronto vas a ser antikirchnerista).

Nuestra Constitución Nacional, dentro de las declaraciones, derechos y garantías, especifica al acceso a la vivienda digna, como uno de los derechos de los ciudadanos y deber del Estado. La vivienda digna no es únicamente un derecho; es una condición necesaria para el desarrollo personal. De nada sirve la educación y la asignación por hijo si quien la recibe vive hacinado. Esta gravísima situación impone evaluar el accionar del estado a 8 años del inicio de la administración Kirchner-Fernández. Queda claro que ésta nunca fue una prioridad para los Kirchner: de otra manera no sólo hubieran gastado más sino que no lo hubieran delegado en organizaciones inexpertas.

Se gastó en subsidios (para los pobres pero también para los ricos) 7 veces más de lo que se invirtió en viviendas. Y gracias a Jaime y a Shocklender (y a las denuncias de la Coalición Cívica) sabemos que no toda la plata terminó donde decían. Si se hubieran evaluado un poco mejor las necesidades de la población, en una de esas, ya tendríamos solucionado el problema del déficit habitacional en nuestro país. Pero eso, ya sería otro “modelo”.

Cada vez queda más claro que el “modelo” es una construcción y que la “construcción” es una mentira.


Fuente. Gentileza de Patricia Cao Saravia