CFK NO QUIERE OTRO URTUBEY
Tras el divorcio con De La Sota, el kirchnerismo apoyaría a Juez
El PJ de Córdoba y el kirchnerismo terminaron su trámite de divorcio este fin de semana, ya que presentarán listas separadas para diputados nacionales.
El kirchnerismo le reclamó al PJ, liderado por el gobernador Juan Schiaretti, y el candidato a gobernador José Manuel de la Sota que le otorgara más cantidad de lugares en las listas y ubicaciones más expectantes. Pero el mayor punto de conflicto fue el cargo de vicegobernador. De la Sota eligió a la intendente de Laboulaye, Alicia Pregno, mientras que la Casa Rosada pretendía colocar a un hombre de confianza del Gobierno Nacional.
Hubo infinitas negociaciones y presiones que no lograron torcer la voluntad de De la Sota. Entonces, los “K” recibieron la orden “desde arriba” de que todos los incluidos en las listas del PJ se bajaran y no se inscribiera la alianza. Tras ello, optaron por no presentar candidatos para la elección legislativa cordobesa.
La crisis cordobesa empieza ahora a tomar un perfil inquietante para el kirchnerismo, en función del escenario post-electoral. En caso de ganar De La Sota la gobernación, en Olivos sospechan que Córdoba podría convertirse en el centro de una amplia conspiración peronista para desalojar al cristinismo del poder en el 2015. El caso es que De La Sota, a diferencia de Scioli, no debe preocuparse por hacer equilibrio y tratar de que la Presidente no lo agreda, porque su relación con ella es francamente mala. Las tensiones que en el 2009 se produjeron entre Juan Carlos Schiaretti y la Casa Rosada llegaron al punto del no giro de fondos coparticipables a la provincia, lo que generó, a su vez, varias jornadas violentas protagonizadas por los empleados públicos que reclamaban sus sueldos. En otras palabras, que está descartada cualquier hipótesis de confrontación pública con el kirchnerismo. Pero los temores oficiales pasan por el tramado silencioso que puede empezar a tejerse entre Scioli, Juan Manuel Urtubey y De La Sota, en caso de que estos dos últimos resulten electos.
Una fuente cercana a la Casa Rosada deslizó ayer que Carlos Zannini sería partidario de cortar por lo sano. Esto es, que el Gobierno podría empezar a inclinar la balanza para que Luis Juez sea el próximo gobernador de Córdoba. El riesgo de este triunfo es mucho menor y aparte existen afinidades ideológicas. Por otra parte, si algo quiere evitar la Presidente es que el 7 de agosto a la noche De La Sota declare, como lo hizo Urtubey al ganar su reelección, que él no es un delegado de la Casa Rosada.
Duhalde quiere aprovechar
A todo esto, Eduardo Duhalde apuesta a que la crisis del kirchnerismo con el PJ cordobés, sumada a la caída en las encuestas de Agustín Rossi en Santa Fe y de Daniel Filmus en Capital, crearían un campo propicio para que su candidatura presidencial se fortalezca.
Pero la matriz bonaerense del duhaldismo se convulsionó este fin de semana luego del portazo dado por Graciela Camaño, que abandonó su candidatura a gobernadora, siendo reemplazada por Eduardo Amadeo.
Camaño se plantó con varios cuestionamientos, por ejemplo, por la presencia de Carlos Ruckauf en el tercer lugar de la lista para diputados nacionales. Su candidato para ese puesto era el economista Jorge Sarghini. Finalmente, la esposa de Luis Barrionuevo encabezará la nómina de diputados nacionales. En el marco de este emparche, también se estaría llegando a un acuerdo entre el gastronómico y Gerónimo Momo Venegas, por el cual éste ordenaría levantar muchas de las listas que presentó para competir en la primaria con las de aquél.
Si se concreta el pacto, la tensión bajaría en el duhaldismo, al disminuir la competencia interna para las primarias del 14 de agosto.
Sin embargo, Duhalde estaría convencido de que en muchos distritos de la provincia, cierto nivel de lucha interna en el Frente Popular resultaría conveniente, para movilizar así a las distintas tribus que le responden.