LUEGO DE VER A CRISTINA, MOYANO ANUNCIÓ UN ACUERDO SALARIAL QUE CAUSÓ MALESTAR EN LA CGT.
La Presidenta luego de boicotear la sesión para que se suba el mínimo no imponible de ganancias, hizo comparecer en la Casa Rosada al líder de la CGT a quien se exigió que concurra “sólo”. Allí se anunció el acuerdo salarial de camioneros, que prevé un aumento escalonado del 24% que recién empezará aplicarse en julio. Esto último ya provocó el rechazo de los otros miembros de la central obrera, que exigen que los incrementos empiecen a correr en abril. “¿Arregló el 24 por ciento y que la primer cuota se pague en julio? ¡Estás loco, esto estalla, no aguanta hasta julio, hay que dar un aumento en abril!”, afirmaba un directivo de uno de los gremios que todavía permanecen junto a Hugo Moyano. Anoche en la dirigencia sindical había una mezcla de estupor y bronca. “Le exigieron que vaya sólo, una locura”, agregaban las fuentes. En efecto, la primera línea del Gobierno le aviso al camionero que la Presidenta lo iba a recibir, pero tenía que concurrir sólo. Lo hizo acompañado del presidente de la Federación Argentina de Empresarios del Autotransporte de Cargas (FADEAC), Luís Morales. Una formalidad. Lo que la Casa Rosada quería evitar era una negociación con todo el Consejo Directivo de la CGT, donde el horno no está para bollos. Como anticipó La Política Online en su momento, los dirigentes gremiales exigen ya una suba del mínimo no imponible de ganancias, porque en varios sindicatos la gente ya no quiere recibir aumentos en blanco porque pierde más de lo que gana. Por ese motivo, el lunes la Comisión Directiva de la CGT le pidió una audiencia a la Presidenta con “carácter urgente” y en tono de ultimátum para tratar el tema de ganancias, así como el demorado reparto de los miles de millones que se acumulan en la Administración de Programas Especiales (APE), que Cristina amenaza con disolver.
La relación del Gobierno con el sindicalismo, que además se siente acorralado por las causas de la mafia de los medicamentos y ya tiene a dos secretarios generales presos (Pedraza y Zanola) pasa por un momento muy delicado, que se agravó con el fallido paro nacional que anunció Moyano días atrás, desencajado por el exhorto de la justicia suiza que pidió que le remitan las cusas que involucran al camionero y su familia. El camionero sospecha que el Gobierno deja correr las denuncias en su contra.
Ese malestar quedó claro esta tarde, cuando en un acto en Ferro, Moyano apeló a las amenazas veladas que suele lanzarle al Gobierno en los momentos de tensión. Con el viejo artilugio de hablarle supuestamente a la oposición, le advirtió a la Casa Rosada que " aquí no está en cuestión Moyano, no interesa Moyano. Lo que interesa es que se respete el derecho de los trabajadores. Vamos a demostrar que no estamos dispuestos a retroceder ni un centímetro en las conquistas que hemos logrado. A los trabajadores nunca más se los llevará por delante”, subrayó.
Y coronó lo que sus mismos pares leyeron como una amenaza, con la previsible apelación a su poder de movilización, un dato de la realidad que solía inquietar a Néstor Kirchner. "El movimiento obrero organizado tiene una prueba de fuego para volver a conmemorar el Día del Trabajador, el 29 de abril vamos a reventar la 9 de Julio”, advirtió.
Sin embargo, lejos de ceder, Cristina ordenó hoy a sus diputados que dejen sin quórum la sesión convocada por la oposición para subir el mínimo no imponible. Hasta los diputados peronistas de extracción gremial como Héctor Recalde acataron la orden, aunque con un muy visible desconcierto.
Luego que cayera la sesión, la CGT empezó a presionar al gobierno para que la Presidenta firmara esta misma noche, un decreto modificando el mínimo no imponible de ganancias. Y pasadas las 20, las pantallas de televisión lanzaron el alerta: Moyano ingresaba a la Casa Rosada para reunirse con Cristina.
Se especuló entonces con el anuncio del decreto, lo que mostraría a la Presidenta cediendo ante el camionero. Pero nada de eso ocurrió.
Muy por el contrario, apareció un dócil Moyano anunciando un acuerdo salarial para su gremio –que suele tomarse como base por el resto de los sindicatos-, muy moderado que ni la UIA hubiera imaginado, que empezó a despertar enojo entre el resto de los secretarios generales de la CGT. Nada se dijo respecto al debate por el aumento de la base imponible para el impuesto a las Ganancias.
La paritaria acordada por Moyano para los camioneros prevé un aumento del 24% en tres tramos, que arranca en julio. Y esa era esta noche la piedra del escándalo. En los distintos sindicatos están manejando una primer cuota de aumentos ya mismo, en abril, asediados por la presión que la inflación le mete a sus trabajadores.
Además, los sindicalistas se habían conjurado para definir el aumento del mínimo no imponible de ganancias, antes de cerrar las paritarias, ya que en caso contrario, los incrementos salariales sino se conoce previamente la modificación de ganancias, pueden terminar absorbidos por este tributo. Moyano tampoco se mantuvo firme en este sentido, aunque habrá que ver si esto se acordó y para que la Presidenta no aparezca cediendo a la presión se postergó el anuncio para los próximos días.
Como sea, obediente y todo sonrisas, el líder de la CGT se limitó esta noche a anunciar el acuerdo salarial de su gremio, junto a los ministros Carlos Tomada y Amado Boudou."El acuerdo alcanzado es de un 24%, escalonado en tres tramos, el primero del 12% en el mes de julio, el segundo del 6% en noviembre y el otro 6% en marzo de 2012", precisó exultante el titular de la cartera laboral.
El Gobierno se anotó así, al menos por una noche, un tanto en la guerra fría que mantiene con el camionero, acaso la principal disputa que cruza a la política argentina.
FUENTE: lapoliticaonline