EL ESTADO FUE PROTAGONISTA DE LA CREACIÓN DE EMPLEO EN 2010.
María Elena Candia de La Nación
El crecimiento en el sector público fue de 4,9%, mientras en el sector privado llegó sólo a 2,1%. Una de las constantes de la economía argentina desde 2003 es que, mientras crece a tasas altas, el empleo no la acompaña del mismo modo en el sector privado. El año pasado no fue la excepción: según datos de un informe elaborado por la consultora Analytica, en 2010 el Estado fue el principal impulsor de la creación de puestos de trabajo, en detrimento del sector privado. Los especialistas coinciden en que, además de generar una menor productividad, el fenómeno tiene impacto directo en un mayor gasto público y en el deterioro de las cuentas fiscales. Además, la tendencia parece indicar que se habría alcanzado "un piso muy difícil de perforar" en materia de desempleo. Y las conclusiones arrojan que el panorama para este año no será nada bueno. Con una creciente puja distributiva entre salarios e inflación y un ancla cambiaria que erosiona la competitividad, "difícilmente se logre avanzar para generar condiciones de crecimiento sostenibles en el tiempo", señala el informe. La cantidad de puestos declarados en 2010 creció 2,6% (182.000 trabajadores), pero la contribución de cada sector fue muy dispar. El informe señala que el sector público fue el principal creador de empleo, con una tasa de crecimiento en la cantidad de puestos del 4,9% (119.000 personas), mientras que el sector privado lo hizo un 2,1% (63.000 personas). Las consultoras privadas afirman que el crecimiento del PBI el año pasado fue de entre 5 y 8 por ciento. Y según los datos del cuestionado Indec, la tasa de desempleo actual es del 7,5%, retornando a los niveles previos a la crisis de 2009.
Para Ricardo Delgado, socio de Analytica, en los ultimos años la elasticidad empleo-PBI, que refleja la capacidad de una economía para crear trabajo por medio del crecimiento del producto, es sensiblemente más baja. En 2003, los puestos de trabajo aumentaban 1,01% por cada punto que crecía el PBI, mientras que ahora crecen, pero sólo un 0,17 por ciento. "Esto significa que las limitaciones del crecimiento para reducir la desocupación son consistentes con un núcleo duro de desocupados con escasa calificación, que es lo más difícil de corregir" agregó Delgado.
Sin nuevas inversiones
Los especialistas destacan la muy baja creación de empleo observada en sectores industriales muy dinámicos (automotores, metales básicos y textil), que durante el año pasado impulsaron el crecimiento de la actividad industrial en un 9,7 por ciento. Sin embargo, esos fueron los sectores que otorgaron los mayores aumentos salariales (entre 29 y 35 por ciento).
Para Ernesto Kritz, director de SEL Consultores, esto se explica porque el empleo en el sector privado volvió a crecer después de la caída experimentada tras la crisis de 2009, pero a la mitad del nivel alcanzado en 2008. En estos sectores no hubo más inversión, sino una utilización más intensiva de la capacidad instalada.
"Dentro del sector privado, la industria de producción de bienes fue la que menos creó empleo. La gran mayoría de puestos de trabajo los generaron el comercio y losservicios", explicó Kritz. Por otro lado, apuntó que el crecimiento del empleo formal en el Estado contribuye a explicar el aumento del gasto público y el deterioro de las cuentas fiscales en las provincias y la administración nacional. "Sin embargo, no es muy claro en qué aumentó el empleo público. En las provincias el incremento pudo ser no tanto en administración, sino en sectores con peso fuerte tales como la educación, policía y seguridad."
Según Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora Orlando J. Ferreres y Asociados, el crecimiento del empleo estatal refleja el "descontrolado aumento del gasto público". Si se suman los niveles nacional, provinciales y municipales, ya estaría alcanzando el 45 por ciento del PBI.
En concordancia con el argumento anterior, Juan Luis Bour, economista jefe de la consultora FIEL, afirmó que "el empleo público es hoy entre un 40 y un 50 por ciento mayor que hace 10 años, y no hay ninguna razón para que se haya dado semejante incremento, ni por aumento de población ni porque el Estado provea mejores servicios de educación y salud".
Los aumentos salariales de los sectores más dinámicos se explican porque la creación de empleo depende no sólo de cuánto crece la economía, sino de los precios de los factores de producción.
En palabras de Bour, si es cada vez más caro crear empleo frente a la inversión en máquinas, entonces se puede crecer con poca creación de empleo o aun sin ese factor. "En la Argentina, el costo laboral aumenta en dólares a tasas del 20 por ciento anual, mientras que el costo del capital (en dólares) paga la tasa de interés. Eso hace cada vez más difícil contratar empleados y más fácil usar máquinas", agregó Bour.
Así, esos sectores crean menos empleo porque utilizan poca mano de obra. Ante la falta de inversión, la demanda se satisface con mayor cantidad de importaciones y aumentos de precios. "Las industrias vinculadas con la competencia externa, como las de juguetes, calzado y textil, se verán complicadas. Con una inflación del 25 por ciento y un dólar anclado, la competencia se hace cada vez más difícil. Si la producción no aumenta, los puestos de trabajo tampoco. De allí que sea difícil revertir la escasa creación de empleo", explicó Delgado.
FUENTE: LA NACIÓN