HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 17 de diciembre de 2010

LA GLOBALIZACIÓN ACERCA A LAS PERSONAS, PERO NO LAS HERMANA.

Ciudad del Vaticano, 17 Dic. 10 (AICA)

Para vivir con dignidad los seres humanos necesitan respeto y que sus derechos se reconozcan concretamente. Sin embargo, esto no es suficiente para llevar una vida plenamente humana, ya que la persona necesita también fraternidad, porque aunque el actual proceso de globalización acerque entre sí a las personas, no las hermana, dijo el papa Benedicto XVI al recibir las credenciales de cinco nuevos embajadores ante la Santa Sede, y señaló que el camino del amor está abierto para todos los hombres y por tanto no es inútil trabajar por la fraternidad universal que debe basarse en el respeto a los derechos humanos y la justicia.

El Santo Padre recibió las cartas credenciales de Suresh Prasad Pradhan, de Nepal; Royson Mabuku Mukwena, de Zambia; Miguel Ángel Canturri Montanya, de Andorra; Vivianne Fock Tave, de las Seychelles y Boubacar Sidiki Toure, de Mali.
En su discurso común a todos, el Papa hizo una reflexión sobre la fraternidad universal y luego entregó a cada Embajador un discurso específico. En sus palabras a los cinco diplomáticos recordó los llamamientos que a lo largo del año se han hecho "en favor de Haití, devastada primero por el terremoto y después por el cólera".

"Desgraciadamente otras tragedias se cebaron en varios países este año. Sus países, la comunidad internacional y el sector del voluntariado respondieron a las llamadas de ayuda urgentes que deben continuar e intensificarse. Por su parte, y a través de sus diversas instituciones, la Iglesia aporta una contribución multiforme extendida a lo largo del tiempo".

"El bello ideal de la fraternidad, que forma parte del emblema nacional de muchos países, encontró en el desarrollo del pensamiento filosófico y político menor resonancia que la de otros ideales como la libertad, la igualdad, el progreso o la unidad", observó el Papa.

"Es un principio que, en gran parte, pasó a ser letra muerta en las sociedades políticas modernas y contemporáneas, sobre todo debido a la influencia de ideologías individualistas o colectivistas. Pero la fraternidad tiene un significado especial para los cristianos, debido al diseño de amor fraternal de Dios, de la fraternidad que nos ha revelado Cristo".

"Para vivir con dignidad, todos los seres humanos necesitan respeto, al igual que se haga justicia y que sus derechos se reconozcan concretamente. Sin embargo, esto no es suficiente para llevar una vida plenamente humana, ya que la persona necesita también fraternidad".

"Esto es cierto no solo en las relaciones de proximidad, sino también a escala planetaria. Ahora bien, aunque el actual proceso de globalización acerque entre sí a las personas, no las hermana".

El Papa dijo luego que "la razón humana es capaz de reconocer la igualdad de todos los hombres y la necesidad de limitar las desigualdades excesivas entre ellos, pero es incapaz de instituir la fraternidad. Se trata de un don sobrenatural".

"La Iglesia ve la realización de la fraternidad humana en la tierra como una vocación que figura en el designio creador de Dios, que quiere que ella sea cada vez más fielmente, la hacedora de esa fraternidad, tanto en ámbito universal como local, como lo es en los países que ustedes representan ante la Santa Sede".

En la vida diaria, "la fraternidad se expresa concretamente en la gratuidad y el respeto, incluyendo la actividad económica. La identidad esencial del hombre, su ser-en-relación, se expresa también en su actividad económica, que es uno de los principales campos de cooperación entre las personas".

Sin embargo, "aunque la fraternidad vivida entre los hombres pueda encontrar un eco positivo en términos de ‘eficacia social’, no hay que olvidar que no es un medio, sino un fin en sí misma".

"La Iglesia cree que Cristo nos reveló que Dios es amor. Así pues, a los que creen en la caridad divina les da la certeza de que el camino del amor está abierto a todos los hombres y de que no es inútil el esfuerzo por instaurar la fraternidad universal", concluyó.+

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