El gobierno de Venezuela decidió intervenir otros tres bancos: Central Banco Universal, Baninvest y Banco Real, según informó el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque.
Las tres entidades son pequeñas. Juntas no llegan a reunir 250.000 clientes, según indicó el presidente Hugo Chávez. De acuerdo con el ministro Rodríguez, serán rehabilitados.
La medida sigue a la intervención, primero a puertas abiertas y luego a puertas cerradas, de cuatro instituciones financieras (que representan menos del 6% del mercado), en las que la Superintendencia de Bancos detectó una serie de irregularidades, desde utilización de fondos de origen no demostrado hasta autopréstamos. Dos de los bancos (Canarias y ProVivienda) fueron liquidados, y los otros dos estatizados (Bolívar y Confederado). Por esta causa se encuentra detenido su principal accionista, Ricardo Fernández Barrueco, quien también fungía hasta antes de su caída como uno de los principales proveedores de alimentos a la red gubernamental de bajo costo conocida como Mercal. Rodríguez Araque insistió en que se trata de una situación puntual y que el sistema financiero en general goza de buena salud, “pese a criminales campañas que vienen desatando a través de internet, mensajes por teléfonos y rumores, sectores que quieren estimular una desestabilización en lo interno y provocar el aislamiento internacional del país”. Los tres bancos cerrados este viernes fueron adquiridos recientemente por Pedro Torres Ciliberto, otro un empresario que – junto con Fernández Barrueco -- estaría vinculado con altos personeros gubernamentales, de acuerdo con denuncias realizadas esta semana por el diputado opositor Ismael García y el dirigente del partido Acción Democrática, Henry Ramos Allup. El miércoles el presidente Hugo Chávez dijo que le tenía el “radar puesto” a un conjunto de bancos y el “ojo puesto” a los banqueros privados”, y señaló que no le temblaría el pulso para nacionalizar toda la banca privada, si se veía obligado a ello. Chávez garantizó que haría todo lo que estuviera en sus manos para que los responsables pagaran por el fraude cometido a los ahorristas y señaló que no protegería a ningún supuesto aliado incondicional. Al día siguiente, el mandatario afirmó, otra vez en cadena nacional – que se transmitió en horas del mediodía y repitió en la noche --, que no había nada que temer, porque el sector bancario estaba operando sin problemas. En horas de la tarde de este viernes reiteró que los banqueros de las entidades afectadas son “hampones de cuello blanco”. “Banco privado que comience a hacer cosas parecidas a éstas no podemos estar esperando ni contando con golpes de pecho (…) Hay una cosa que se llama cortar por lo sano. Así estamos haciendo nosotros. Cortando por lo sano”, declaró. A pesar de todo, algunas agencias bancarias han recibido más clientes que de costumbre. Varias alcaldías dentro de la ciudad de Caracas anunciaron que reforzarían la seguridad ante el crecido influjo de usuarios. Mientras, trabajadores del banco Canarias, que se cuenta entre los cuatro primeros que fueron intervenidos, protestaron frente a la sede central, para exigir que se le cancelen sus compromisos laborales. El gobierno ha comenzado a cancelar paulatinamente los montos garantizados a los ahorristas (hasta US$ 4.600) a través de otra entidad estatal, el Banco de Venezuela, que adquirió a principios de años de manos del grupo español Santander. Según el presidente Hugo Chávez, el compromiso es entregar el dinero antes de que termine el año, e incluso antes de navidad. Para eso solicitaron el apoyo de otros bancos privados, como Banesco y Mercantil (entre las cinco principales entidades financieras venezolanas). FUENTE: BBC MUNDO