HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 17 de abril de 2009

CAIDA LIBRE: INOCULTABLE REALIDAD, IMPRESENTABLE GESTIÓN.

Ya no saben si conviene adelantar el calendario, atrasarlo, quemarlo o decretar su inexistencia. Porque no se trata del almanaque, y lo saben. Son los sucesos y su relación con ellos. El gobierno nacional, enfermo de permanencia autodestituyente a cualquier precio, parece desvariar sin remedio. No se gobierna y peligrosamente nos acercamos a un suicidio, que daría la impresión que los Kirchner y su mesa inteligente (entre comillas dobles), pretenden ilusoriamente que sea colectivo. Sin ellos, obviamente. Tírense, que los seguimos. Lo terrible de toda esta situación, es que la caída no es solo de un gobierno. La Argentina retrocede como nunca, merced al desmantelamiento y desguace pactados con el poder financiero hace algo más de treinta años, y del cual los Kirchner y sus boys, son meramente los últimos y salvajes administradores enriquecidos. Pretendemos alejarnos de un discurso ideológico contestatario y gratuito. La realidad supera ampliamente a toda teoría conspirativa. Pocas argucias le quedan a Kirchner para diseñar una geografía de escape. Hay corrillos sobre una salida ordenada: la fuga “democrática” (electoral). Perder “revolucionariamente” frente a un enemigo muy difuso y promocionado como indestructible. ¡No se pudo, vio! Un contenido sugerido para un probable escenario inmediato en la Argentina podría ser el siguiente: “La gente quiere otra cosa, ahí tienen. No nos entendieron a nosotros los progresistas. No nos tuvieron paciencia y la conspiración oligárquica pudo más. Es una pena retirarnos de esta manera. Escríbanos al apartado postal 666 del correo central de las Islas Caimán.” Nos autolimitamos en el relato de las pestes, muerte, narcotráfico, violencia y latrocinio, provocación y cinismo que pueblan el horizonte de la patria. Cotidianamente está en exhibición la descomposición de la sociedad y sus instituciones. Abundan descripciones y está todo a la vista. Pero además, no nos convence la truculencia como método descriptivo. La salida, como siempre, es política y debemos abocarnos a la reconstrucción del hombre argentino y por ende de la fe y la política que él merece encarnar. La actitud de la soberanía, justicia e independencia, es una decisión popular que se construye, reconstruye o decrece. Hoy, quizás nos encontremos en uno de los niveles más bajos de libertad verdadera en toda nuestra historia como Nación.

Entradas populares

ARCHIVO DEL BLOG