Evo Morales ha convocado a una suerte de rebelión religiosa en Bolivia. La catolicidad popular tiene su ritmo y muchas veces no coincide con los de cada jerarquía eclesial. Una cosa es apretar a los “príncipes de la Iglesia”, como decía Perón, y otra plantear la sustitución de la fe religiosa atesorada por los pueblos en un doloroso y fértil camino desde la evangelización de América. Es un error o una intención. Los últimos tres años de la segunda presidencia de Juan Domingo Perón, interrumpida por un golpe en 1955, se caracterizaron por una profunda contradicción entre el gobierno y el Episcopado Argentino. Perón fue apoyado sin reservas por la jerarquía eclesial en la primera presidencia. Fueron determinantes los contenidos y realizaciones del gobierno, vinculados profunda y expresamente con la Doctrina Social Cristiana y a los cuales adhería entusiasta la inmensa mayoría del pueblo argentino. Católicos anticlericales, los argentinos veían plasmados en la vida cotidiana la justicia social con lo trascendente. Fe y política no merecían mayores relatos que los propios acontecimientos que hablaban por sí mismos. Fe y cultura, fe y política estaban fusionadas en el hombre común, el más humilde de los hombres. Hasta que el diablo metió la cola y los intereses antipopulares y antinacionales supieron reclutar a buena parte de la jerarquía e indisponerla en nombre de ciertos reclamos ausentes en el período inmediato anterior. Recordamos que Juan Domingo Perón era Hermano Terciario de la Orden de los Mercedarios, y nunca dejó de serlo hasta su muerte. El carisma mercedario es el rescate del cautiverio y nace en la fricción de los españoles con el universo musulmán durante el siglo Xlll. Fiel al carisma de su orden, Perón no solo visitó a los cautivos sino que los redimió. En Bolivia, quizás producto de una situación extrema, se está construyendo un montaje peligroso y que confunde.
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
viernes, 6 de febrero de 2009
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