NO ES PAÍS PARA VIEJOS

El que esté libre de pecados que tire la primera piedra. Son pocas las posiciones claras, con cierto sentido positivo y en la dirección de proteger verdaderamente los intereses previsionales de los argentinos. Ni el gobierno nacional, furioso estatista de la última hora, ni los sindicatos, ni todo el arco empresarial, bancario y financiero, ni la oposición parlamentaria, están en condiciones de elaborar una creíble y desinteresada versión sobre los hechos y su propia participación en los mismos. Han pasado casi quince años quince, desde la instalación de los rapaces administradores privados de los fondos de los jubilados en la Argentina. El desguace terminal del otrora estado nacional argentino, y que aún continúa sobre sus ruinas, tenía el sentido de la jungla en todo su real significado. Como en muchos otros temas en este también se explotó el contraste con un estado inteligentemente destruido, y la reacción fue la esperada. Frente a eso, parecía lógico y hasta promisorio pasarse a la jubilación privada, al menos así era presentado y nadie, ninguno de nosotros, es decir, la inmensa mayoría de los argentinos, hizo demasiado en la dirección contraria. Los fundamentos opositores a esa historia y a cualquier medida del gobierno, que suelen ser terribles y espantosamente obvios, son sospechados por inconsistentes, siempre extemporáneos y en muchas ocasiones hipócritas que no resisten un archivo. Una cierta debilidad congénita acompaña por ahora, al esquema opositor a los Kirchner. Toda la gestión política del gobierno, se ha deslizado precipitadamente por una pendiente de dudosa gestión: la defensa de la caja. Todo se ha transformado en eso, todo se trastoca a la luz del resultado o no de la caja recaudatoria. Aliados y antiguos socios, gerentes de empresas, exportadores, industriales y sindicalistas, más todo el gobierno, han constituido un fenomenal entrevero en el cual, al que no está atento o se queda demasiado quieto, lo acuestan. Frente a la imposibilidad política y social de dar respuesta rápida y contundente al tema de las jubilaciones por parte de la población y no solo por las AFJP sino por todo, Néstor y Cristina se han animado, mucho más que con las retenciones al campo, a presentarse como benefactores y protectores de débiles. Se ha oscurecido demasiado el tema, y en general no se pueden ver o detectar los mecanismos inmediatos de resolución del drama. A la intención de apropiarse de la renta agropecuaria se le opuso una rebelión, que no termina aún. La caja de las jubilaciones es más cautiva e indefensa y es de prever más audacia por parte de los Kirchner en los próximos días. En ese terreno hay poca resistencia, entonces a muchos se les ocurre preguntarse cuando no, afirmar, que lo actuado por el matrimonio presidencial con respecto a las AFJP, no está tan mal después de todo. Es verdad que son unos piratas. Razonamiento buscado intensamente por Néstor y que tiende a justificarlo. Quizás podamos afirmar que sea una pelea entre piratas. El fuego o la sartén. Un Martín Pescador que nada tiene de inocente y que produce quemaduras de primer grado.