VELOS

La bonanza relativa y circunstancial del producido de la soja, fue el resultado de políticas ajenas a nuestro país. Es totalmente ajena a la voluntad del gobierno nacional, que en todo caso fue el beneficiario circunstancial de sus efectos. Lo único que hizo y mal, fue subirse un rato a la ola. Mal, porque el rédito buscado era meramente personal, como ha estado a la vista en estos tiempos y no fueron aprovechamientos que sedimenten en beneficios estructurales para toda la Argentina. Ahora la marea se ha retirado y quedó mucha basura en la playa. Néstor parecería estar oteando el horizonte marítimo, para ver si aparece alguna otra ola próspera que montar. Aunque íntimamente presiente, que dos veces en cinco años es imposible que suceda. En el plano internacional está corriendo la teoría, sumamente abonada por la realidad, de que la hecatombe generalizada de las finanzas, ha sido meramente una gigantesca estafa de los gerentes ejecutivos, por ubicar una denominación conocida y tangible, aunque sabemos que las especializaciones en materia de usura y dibujos financieros, son diversas y algunas de ellas tenebrosas. En onda bucanero, estos ejecutivos, salieron a piratear para obtener una ganancia ilimitada de unos inventos, bastantes toscos por cierto, de ventas inmobiliarias a los “sin techo” insolventes del primer mundo. Fabricación de millones de nuevos domicilios, para traficar como paquetes innominados con infinidad, casi todas en realidad, de incapacidades de repago. Es probable que la parte visible sea así, y que inclusive la ocurrencia se haya generado en las febriles mentes de estos millonarios “buscas” y operadores de las finanzas internacionales. Pero una vez que se puso en marcha la rueda, la propiedad del dinero y los mecanismos e instrumentos multiplicadores pasa a ser definitivamente de los tenedores de esos recursos ¿Nombres? Es bastante sabido de las famosas trescientas familias dueñas, de la usura entre otras delicias. Distraer la atención hacia miles de operadores, que no dejan de ser culpables también, nos parece un nuevo triunfo mediático de los verdaderos corsarios que suelen no exponer el rostro. Esta versión ahora muy detallada, recorre el mundo de la mano de medios, periodistas, programas y expertos económicos de distinto calibre, dándole a los acontecimientos el carácter de una mera conspiración de los ambiciosos y desleales empleados de las companías financieras que en una serie de descuidos y fallas concurrentes no supieron o no pudieron proteger el sistema.