CLAMOR POR UN FUERO

Que parezca una operación política y una genial movida de tablero, para posicionar al jefe. Que parezca, inclusive, que todo es por ambición de poder y que se es un animal obsesivo al extremo del salvajismo partidario. Todas estas argumentaciones, aunque sean en un marco de una desprolijidad mayor, siempre van a parecer más loables que otras razones quizás más policiales o penales, y que están asomando en un horizonte no muy lejano del matrimonio Kirchner. Todo el tiempo que va desde ahora a mediados del año que viene, Néstor Kirchner va a partidizar y transformar casi en una razón de estado y de gobernabilidad, la necesidad objetiva y personal de poseer los protectores fueros parlamentarios. Por las dudas, porque uno nunca sabe. De paso se ocupa la escena mediática y del cholulismo con el intrascendente tema de las listas partidarias a un futuro bastante lejano. Ya que no podemos hablar de gobernar ni de la realidad, porque poco se tiene para mostrar como no sea un hiperactivismo rayano en la histeria y que en general es cartón pintado, hablemos de las candidaturas y la alquimia política. Kirchner se ofrece como piloto de tormentas, cuando es sabido que las únicas que conoce y lee pero no controla, son las tormentas bursátiles. Es más, está dispuesto llegado el caso, a exhibirse como un mal necesario. Todas explicaciones que pueden llegar a justificar frente a la “opinión pública”, lo imprescindible de su labor legislativa. Visto en perspectiva los incendios que se avecinan, es mejor sortearlos al menos con casco y traje antiinflamable. De eso se trata principalmente. Para la fecha de este probable logro es muy factible que las papas quemen o ya se incineraron. Si se quemaron irremediablemente, que se le va a hacer. Los tiempos electorales, Kirchner no los puede modificar, mal que le pese. Las supuestas motivaciones de traccionar con su nombre en el primer término de la boleta electoral para obtener más escaños en la legislatura nacional, día a día pierden sustancia por la propia debacle del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, que es desde dónde Néstor piensa obtener los ansiados fueros, sorteando en un auténtico mamarracho todo impedimento de la justicia electoral. Y las argumentaciones en torno a que es precisamente esa debacle, lo que motiva a Kirchner a realizar una especie de sacrificio patriótico de contener a un peronismo que no ha comprendido a cabalidad toda la profundidad del modelo, a poco de andar no resisten el menor análisis.