OBSERVATORIO

Observando el accionar absolutamente idelogizado del Observatorio de Medios de Argentina, uno podría concluir que existe un escenario mediático montado para unos personajes que aducen instrucción, profesionalidad, objetividad y ejercicio democrático. Y otro escenario más chico, que se conoce poco y es aquél donde suelen decidirse de verdad los destinos de los medios, la propiedad de los mismos, la negociación de las noticias e intencionalidad editorial, el negocio de la publicidad estatal, etc. Como este tipo de cenáculos puede ser cualquier cosa menos público y democrático, sus conspicuos participantes se reconocen estar en una especie de ilícito justificado para si mismos, más no para la gente. Por lo tanto se realiza un trabajoso montaje, es importante no escatimar esfuerzos porque lo que está en juego lo paga sobradamente, cuyo principal secreto es que sus partícipes en forma mayoritaria, crean lo que hacen y peleen por ello. Allí, al menos, no debe haber actuación. Siempre da la sensación de estar en presencia de un modelo, donde la propuesta de ese ejercicio democrático entre comillas es para la gilada, y cuantos más adherentes, mucho mejor. Mientras la cocina de los negocios, al fin y al cabo se trata solo de eso, funciona en otro lugar, otra hora y sobre todo con otros actores. Las grandes cadenas de noticias, además de cumplir un rol fundamental en la difusión de las corrientes y modas afines al mantenimiento de un statu quo que no solo las favorece, sino que las reconoce como a uno de sus pares privilegiados, no deja de ser también, una maquinaria de extorsión sobre los poderes o los circunstanciales detentores de ese poder y a los cuales se los puede exprimir un poco, siempre en forma razonable y democrática. ¿Usted piensa que la comunicación verdadera de las personas se realiza a través de los mal llamados medios de comunicación? Nunca han dejado de ser usinas de determinado color o contenido. Hay que regularlas?, seguramente que sí. Pero sepamos que las estructuras de los medios no escapan a las generales de la ley. El proceso de vaciamiento de contenidos de la sociedad argentina en su conjunto, no los excluye. Partidos políticos, estado, gobierno, organizaciones sociales, gremiales, culturales, y la lista es completamente larga, agonizan vacías de contenido y gente. Lo cual no quiere decir que no sean, algunas de ellas muy poderosas y sus principales usufructuarios, inmensamente ricos. Pero, han dejado de ser lo que dicen ser y eso a la larga o a la corta, también se paga. Los medios periodísticos no escapan, en realidad no pueden, a este proceso. La refundación de la Argentina, parto de los montes si los hay, los incluye necesariamente.