Duhalde ha estado de visita “productiva” por Rosario, Santa Fe. Una nutrida concurrencia de ex menemistas y menemistas, ex–kirchneristas y kirchneristas, duhaldistas, empresarios, productores, medios de prensa y curiosos se dieron cita en el Alto Rosario para escucharlo. Fue un repaso de su propio discurso, con videos ad hoc, como para demostrar que ha sido coherente a lo largo del tiempo. A raíz de la reciente visita de Cristina de Kirchner al país hermano de Brasil y su “envidia” a los empresarios cariocas, puesta de manifiesto por la presidente, Eduardo Duhalde ha ponderado el esfuerzo perseverante de los brasileños en su empeño por progresar. No nos quedamos atrás los argentinos, si somos capaces de darnos cuenta que se puede. Ese fue el nudo central, sobre el que giró toda la exposición del fundador del Movimiento Productivo Argentino. Un optimizado Duhalde, invitó a todo el mundo a hacerse cargo de la política, para que no quede solo en manos de los abogados. El problema, es sabido, no es Brasil ni los norteamericanos. Como siempre el problema de la Argentina es interno. Cada vez que las coordenadas nacionales estuvieron en sintonía, el país progresó. Por el contrario, el disloque de la energía interna, solo ha producido atraso y dependencia. Brasil está pasando por una suerte de primavera política, no sin algunos serios nubarrones que provienen del miserable nordeste. La desproporcionada fractura, es brecha de penetración para los más variados experimentos e intenciones predadoras de la mano de intereses contrarios al Brasil. Quizás eso influya, pero lo cierto es que ahora los brasileños van a contar con un obispo santo. Próximo a ser beatificado, Monseñor Antonio de Almeida Lustosa, obispo salesiano fallecido en 1974, supo trabajar con la pobreza extrema. De hecho hoy se lo considera y denomina el “obispo de la justicia social”. El Vaticano también rema para achicar distancias. Duhalde se quejó, con razón, de la enemistad manifiesta del gobierno con la Iglesia Católica Argentina y de alguna manera hasta en eso, indirectamente, marcó la notable diferencia del matrimonio presidencial con Lula da Silva.HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
lunes, 15 de septiembre de 2008
O MAIS GRANDE
Duhalde ha estado de visita “productiva” por Rosario, Santa Fe. Una nutrida concurrencia de ex menemistas y menemistas, ex–kirchneristas y kirchneristas, duhaldistas, empresarios, productores, medios de prensa y curiosos se dieron cita en el Alto Rosario para escucharlo. Fue un repaso de su propio discurso, con videos ad hoc, como para demostrar que ha sido coherente a lo largo del tiempo. A raíz de la reciente visita de Cristina de Kirchner al país hermano de Brasil y su “envidia” a los empresarios cariocas, puesta de manifiesto por la presidente, Eduardo Duhalde ha ponderado el esfuerzo perseverante de los brasileños en su empeño por progresar. No nos quedamos atrás los argentinos, si somos capaces de darnos cuenta que se puede. Ese fue el nudo central, sobre el que giró toda la exposición del fundador del Movimiento Productivo Argentino. Un optimizado Duhalde, invitó a todo el mundo a hacerse cargo de la política, para que no quede solo en manos de los abogados. El problema, es sabido, no es Brasil ni los norteamericanos. Como siempre el problema de la Argentina es interno. Cada vez que las coordenadas nacionales estuvieron en sintonía, el país progresó. Por el contrario, el disloque de la energía interna, solo ha producido atraso y dependencia. Brasil está pasando por una suerte de primavera política, no sin algunos serios nubarrones que provienen del miserable nordeste. La desproporcionada fractura, es brecha de penetración para los más variados experimentos e intenciones predadoras de la mano de intereses contrarios al Brasil. Quizás eso influya, pero lo cierto es que ahora los brasileños van a contar con un obispo santo. Próximo a ser beatificado, Monseñor Antonio de Almeida Lustosa, obispo salesiano fallecido en 1974, supo trabajar con la pobreza extrema. De hecho hoy se lo considera y denomina el “obispo de la justicia social”. El Vaticano también rema para achicar distancias. Duhalde se quejó, con razón, de la enemistad manifiesta del gobierno con la Iglesia Católica Argentina y de alguna manera hasta en eso, indirectamente, marcó la notable diferencia del matrimonio presidencial con Lula da Silva.
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