ESTABLISHMENT

Es notable como ha concurrido en auxilio del gobierno nacional, la mayoría del establishment argentino y extranjero. Si de algo no se lo puede criticar a Néstor Kirchner, es por falta de audacia y rapidez. Lo que no pudo toda su vehemencia provocadora y la agotada chequera del estado, lo pudo el anuncio del cumplimiento con los acreedores extranjeros. Gran parte de la prensa nacional, del empresariado, de los gremios adictos y de notables inútiles llamando a la prudencia y a honrar nuestros “compromisos”, adhirieron entusiastas. Lo que no consiguió encuadrar con el discurso y apriete por izquierda, lo consigue por derecha sobre muchos sectores que están inhibidos de oponerse. Porque no pueden o porque creen que no pueden. Hasta el combativo campo, se fracciona ante el hecho. La lógica progre siempre cierra de esa manera. La anunciada medida de la cancelación de la deuda con el Club de París, no es ninguna otra cosa que el cumplimiento de los pactos usurarios. Sin embargo se nos presenta como un acto de sensatez y gobernabilidad. Con lo que se está jugando es de una gravedad extrema. Pero no interesa tanto en una lógica que podríamos denominar “la inmediatez para la conservación del poder”. Obviamente que a cualquier precio. La imagen y foto de todos exultantes, en casa de gobierno, por la ejecución de una supuesta política de estado, es digna de un tren fantasma. Perón siempre contaba un cuento, desde el exilio y refiriéndose a los “gobiernitos” que se estrellaban sucesivamente. Por razones ignoradas un fulano se arroja al vacío desde un décimo piso. Cuando iba pasando por el tercero, alguien a los gritos le pregunta como iba y el hombre le contesta, en un alarido que se perdió en el abismo que se le abría aceleradamente a sus pies, “¡¡Hasta ahora venimos fenómeno!!” Últimas declaraciones a metros de un descortés pavimento.