HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 7 de septiembre de 2011

VERDE DÓLAR


PARADOJA DEL "GOTEO": 


PARA CUIDAR DÓLARES EL GOBIERNO CIERRA EL GRIFO A LO IMPORTADO PERO UN "MAR VERDE" SE LE ESCAPA POR ATRÁS.
El Ejecutivo avisó que dará una dura batalla contra productos del exterior. Su objetivo: proteger el Made in Argentina. Pero existe otra preocupación, que es cuidar la caja verde. Sin embargo, cuanto más autos, celulares y notebook se vendan, más se agigantará el problema ¿Círculo vicioso?

Cristina Fernández de Kirchner disparó munición gruesa contra los productos importados como pocas veces lo había hecho durante sus años al frente del Poder Ejecutivo. Sucede que, hasta su último discurso, nunca había aceptado públicamente que el suyo era un gobierno proteccionista. Sin embargo, durante el acto por el 60º aniversario de la planta de Mercedes-Benz, que tuvo lugar ayer por la tarde, la mandataria evitó por primera vez los eufemismos y fue directo al grano, sorprendiendo a más de uno en la platea: "A veces nos dicen 'qué duros que son, que meten licencias por acá, cupos por allá'. Pero si es por la Argentina, vamos a seguir siendo duros. Tenemos la obligación de hacerlo por los 40 millones de argentinos", disparó Cristina, quien en la actualidad se encuentra en plena "luna de miel" con la cúpula de la Unión Industrial Argentina, desde donde estaba reflotándose el lobby anti importador. Pero eso no fue todo: unas horas más temprano el propio ministro de Economía, Amado Boudou, había asegurado que, con el objetivo de "defender el empleo", no iba a dudar en frenar el ingreso de ciertos productos del exterior. Por su parte, la ministra de Industria Débora Giorgi, días atrás había asegurado que el Gobierno estaba en alerta porque la crisis podía generar que "China, países del sudeste asiático y algunas economías desarrolladas tengan una mayor agresividad comercial porque va a haber excedentes que querrán colocar" en la Argentina "sin siquiera cubrir los costos". Como se observa, expresiones acerca de la defensa de la industria argentina y del empleo actualmente están en boca de de todos los funcionarios, especialmente después de las elecciones primarias, en las cuales el contundente resultado fue una señal clara de apoyo al modelo impulsado por Cristina. Sin embargo, debajo de estos argumentos entendibles y hasta lógicos, subyace otra razón, que resulta todavía más urgente para el Gobierno: la necesidad de cuidar los dólares y evitar que salgan del país, vía importaciones, en un contexto donde la fuga de capitales se está exacerbando y no existen señales claras de que la misma pueda moderarse.

No es para menos: según estimaciones del Banco Ciudad, este año el saldo del comercio exterior apenas alcanzará los u$s9.000 millones, un 22% menos que el nivel logrado en 2010.

Como contrapartida, las consultoras estiman que la fuga de capitales alcanzaría los u$s20.000 millones.

Esto implica que hay una brecha de más de u$s11.000 millones entre las divisas que entran al país y lo que empresas y particulares compran en el mercado de cambios.

"El superávit comercial se ha venido achicando y ya es insuficiente para cubrir la fuga de capitales, que en el último período ha comenzado a financiarse también a costa de las reservas del Banco Central", alertaron desde el IERAL.

En el actual escenario, esta necesidad de cuidar el colchón verde es lo que explica por qué la Argentina se acaba de transformar en el país más proteccionista del mundo, superando a quien hasta hace poco era el líder: Rusia.

Sin embargo, expertos y empresarios alertan sobre una situación paradójica: mientras los discursos del oficialismo castigan a las importaciones, mientras se fijan más y más trabas para evitar que los productos del exterior "succionen" más dólares y se cuenta cada centavo para que cierre la ecuación, el Gobierno está quedando preso de un círculo vicioso, que él mismo generó, y que está "comiéndose" miles de millones de dólares a sus espaldas.

Sucede que gran parte de la estrategia oficial de los últimos años estuvo apalancada en la exacerbación del consumo interno, variable que hoy explica el 65% del crecimiento del PBI.

Sin embargo, justamente aquellos sectores considerados estratégicos por el Ejecutivo -y que son enarbolados como símbolo del "made in Argentina"-, son los que le están generando un déficit multimillonario, dado que los insumos, partes y piezas que utilizan son, en su gran mayoría, importados.

Así, mientras el Ejecutivo intenta "emparchar" todos los agujeros por los que diariamente se escurren dólares -ya sea imponiendo toda una batería de controles a la compra de billetes verdes o frenando el ingreso de bienes de consumo del exterior-, por sus espaldas está corriendo un "mar" de dólares que desemboca fuera del país, producto de ese impulso que se le viene dando a sectores donde la producción nacional genuina es baja o, directamente, inexistente.

Al respecto, las dos ramas de actividad que generan dos de los más altos déficits comerciales son la automotriz, y la electrónica, que posee su polo de ensamblado en Tierra del Fuego.

"Esto es como la fábula de la rana y el escorpión. La rana lo ayuda a cruzar el río, pero en el medio del camino, éste le clava el aguijón. Acá sucede más o menos lo mismo. El Gobierno impulsa a sectores que, al final de cada año, le ´chupan´muchos más dólares que los que generan. Incluso, le quitan más divisas que otros sectores a los que castiga con trabas. Realmente no se entiende esta estrategia", se quejó un reconocido dirigente vinculado con la importación y que pidió estricto off the record.

Por su parte, Martín Apaz, gerente del departamento de Economía de Deloitte, sostuvo que "cuando el Gobierno busca aumentar los niveles de producción y de consumo se encuentra con que algunos de esas actividades, por cuestiones estructurales, no pueden abastecerse con insumos locales. Y lo que termina pasando es que inevitablemente se incrementen las importaciones".

Boom de 0 Km: más se vende, más se importa
Cada mes que concluye, desde las esferas oficiales se festeja el fuerte crecimiento ininterrumpido que está experimentando la industria automotriz y los continuos récords que viene batiendo.

En concreto, para 2011, se espera que se vendan unas 800.000 unidades -un 20% más que en 2010- y se fabriquen 840.000 vehículos, lo que representa una suba del 16%.

Sin embargo, fuentes del sector autopartista que pidieron off the record, aseguraron a iProfesional.com que "el déficit comercial del sector este año se va a disparar y va a alcanzar una cifra preocupante, por encima de los u$s7.000 millones, unos u$s1.000 millones más que el año pasado. Y esto se debe a que las terminales van a importar más autopartes , como nunca antes lo hicieron".

Para tener una noción de la relevancia de esta cifra, cabe destacar que equivale a casi el 30% del déficit comercial que se estima registrará toda la industria en 2011, según proyecciones de la consultora Ecolatina.

Para graficarlo, cualquier automotriz instalada en la Argentina que fabrica un auto, utiliza un contenido nacional promedio del 30%, importa el 70% restante y después exporta el auto terminado o lo coloca en el mercado interno.

Más autos, más energía
Paralelamente al boom de ventas de autos, están quedando al desnudo algunos fenómenos: por un lado, expertos aseguran que el país necesitaría construir cerca de 1.300 kilómetros de autopistas por año para hacer frente a este incremento.

Por otro, mientras crece la demanda de combustibles por tener más autos en las calles, la producción no repunta.

Así, luego de casi 25 años con números positivos, el déficit comercial energético alcanzaría los u$s3.000 millones en 2011 y treparía hasta los u$s5.000 millones en 2012, según proyecciones del sector privado.

El dato más llamativo es que hace apenas 5 años, el país contaba con un superávit de u$s5.600 millones.

Aquí se plantea otro conflicto: según Ecolatina, sería imposible revertir este rojo en el mediano plazo. Con lo cual, la única salida para frenar esta "fuga" de dólares sería con un ajuste de tarifas, algo que -aclaran- es muy poco probable.

Celulares, notebooks, LCD: más se vende, más dólares se van
En las últimas semanas, la sociedad fue testigo de varios anuncios rimbombantes: en el polo tecnológico de Tierra del Fuego, Blackberry y HP iniciarán la producción de teléfonos celulares y portátiles, respectivamente.

En este contexto, el Gobierno celebra que en el primer cuatrimestre de 2011 se multiplicó por siete la producción de los principales artículos en el sur del país con respecto al mismo período de 2010.

Así, mientras que en 2009, por ejemplo, sólo el 4% de los celulares que se comercializaban en la Argentina eran producidos localmente, este año serán más de la mitad.

En tanto, la producción nacional de computadoras portátiles aumentó más de cuatro veces y pasó de casi 300.000 en 2009 a 1.300.000 en lo que va de 2011. Y las cifras siguen.

Sin embargo, tal como viene informando iProfesional.com, en todos estos casos, la mayoría de los componentes de cualquiera de estos productos, desde el teclado hasta la pantalla, se fabrican en el exterior. Por lo tanto, lo que no entra como producto terminado, ingresa al país como partes y piezas.

En otras palabras, el "Hecho en Tierra del Fuego" esconde en verdad un "ADN asiático".

Fuentes del sector importador que pidieron off the record alertaron que "sólo en el primer cuatrimestre entre productos terminados y componentes de portátiles, celulares y LCD, se generó un déficit de más de u$s1.750 millones. Si el consumo sigue creciendo no sería raro que en todo 2011 supere los u$s7.000 millones".

Para poner en contexto, si se suma el rojo del sector automotriz más el que podría generar el consumo de electrónica en el país, el déficit ascendería a unos u$s14.000 millones.

• Esto es 14 veces más que el rojo que producen anualmente los autos de alta gama, sector al que el Gobierno le impuso el polémico sistema del 1 a 1, que consiste en obligar a las marcas a exportar por el mismo valor que importan.

• Es una cifra 40 veces mayor al rojo que produce el sector del calzado, otro de los rubros castigados con restricciones.

• Es un número 63 veces más elevado que el déficit que genera el sector de la indumentaria, también bajo la lupa oficial.

Desde Ecolatina destacaron que, "si no se realizan cambios en la política económica" (como frenar la inflación para detener el deterioro de la competitividad externa), es probable que a lo sumo en dos años la Argentina vuelva a tener déficit comercial, un factor preocupante considerando que sostener el colchón de dólares es una de las cosas que más obsesiona a la administración kirchnerista.

En este contexto, desde el IERAL aseguraron que "si la Argentina quiere evitar tener que recomponer el superávit comercial de malas maneras (con recesión y/o con una suba abrupta del tipo de cambio), lo que debería hacer es tratar de frenar la fuga de capitales".

Bajo las actuales condiciones, "el instrumento más potente en dirección a tal objetivo es el fiscal. Una pauta austera para el gasto, que baje expectativas inflacionarias y recomponga el superávit fiscal podría obrar maravillas", según el IERAL.

Para la consultora, esto será más viable que esperar algo que a esta altura resulta casi imposible: que la soja se dispare hasta los u$s700 la tonelada y que siga engrosando, casi sin esfuerzo, el colchón verde.

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