¿ES LA CÁMPORA EL EJÉRCITO INDICADO PARA LA GUERRA QUE VIENE?
La Presidenta sembró las listas del PJ de jóvenes militantes de la organización que lidera su hijo. Desplazó a la CGT y a los intendentes del Conurbano, así como a los actores más importantes del peronismo tradicional. Boudou y Mariotto son otras dos expresiones de la misma lógica. Apostó a un ejército de incondicionales para enfrentar el inevitable postkirchnerismo que se abrirá si resulta reelecta.
Cristina Kirchner encontró en Amado Boudou el partenaire indicado para el film que imagina comenzó a rodarse ayer en salones luminosos de la quinta presidencial de Olivos. Joven, pintón y simpático, el ministro de Economía es un hombre encantador en el trato personal. Da bien en las fotos y sabe hablar de corrido ante los micrófonos.
Glamour no le falta a la imagen propuesta desde lo más alto del poder. Y se sabe que si hay algo que cuida la Presidenta, es el costado estético de la política. Basta mirar como decoró el despacho presidencial, o su hotel boutique de El Calafate, para entender que Cristina es una mujer actualizada y elegante en sus gustos.
La tentación fácil es criticar esas inquietudes como frivolidad. Pecado de intelectuales de superficie que acaso no hayan entendido todavía que la cultura que vivimos es la del predominio de la imagen, el tele Estado de Debray o el Homo Videns de Sartori. Por eso, con todo respeto, nunca tuvo chances la supuesta candidatura a vicepresidente de José Pampuro.
Lo necesario, en la política que se dirime en los medios electrónicos y digitales, es gente que “imprima” bien, por utilizar un término del Hollywood dorado de los 50, acaso el paraíso imaginario de toda diva que se precie.
El inconveniente es que acaso la película que ayer comenzó a rodarse no sea Casablanca, sino más bien Apocalipsis Now. Y la pregunta obligada es: ¿La Presidenta no habrá cometido el error de armar un ejército de papel mache para ir a Vietnam?
Porque así como la política contemporánea tiene una faceta de pura imagen que descarta a quienes ignoran esa lógica, también sigue conservando su núcleo duro inalterable, esto es la discusión del poder, o como diría Clausewitz, sigue siendo la continuación de la guerra por otros medios, a Dios gracias.