La tapa en blanco de una edición del diario Clarín. |
Por Urgente 24.-
Este 10/10 se cumple un nuevo aniversario de la ley que se convirtió en la marca de la obsesión del kirchnerismo con el grupo mediático, con el que se habían mimado mutuamente. La sanción de la ley, su peripecia por la justicia y su abrupto final en los hechos.
La ruptura de lo que fue una amistad por conveniencia entre el Grupo Clarín y el gobierno kirchnerista fue lo que prácticamente monopolizó la discusión política de la administración de Cristina Fernández. El tema se volvió tan obsesivo para la entonces Presidente que cada acción parecía dirigida a herir de alguna forma al holding mediático.
Aunque algunos quieran identificar a Clarín como un monstruo producto de la última dictadura militar (la controversia por la transferencia de las acciones de Papel Prensa es parte de ese folclore), en realidad, fue la democracia la que más engordó a la empresa hasta convertirlo en una corporación con varios (muchos) brazos. ¿A cambio de qué ? Probablemente de la instalación de un discurso benévolo para la Casa Rosada a través de los influyentes medios.
Fue tras la recuperación de la democracia, en 1983, que Clarín consiguió una señal de televisión (El Trece), varias emisoras de radio, y otros privilegios. En este sentido, el gobierno de Néstor Kirchner no fue una excepción: en los últimos días de su mandato el extinto ex Presidente autorizó la fusión de las operadoras Cablevisión y Multicanal, esta última del Grupo Clarín. Es el negocio del cable, hoy por hoy, el más redituable del holding mediático.
Pero hasta ahí llegaron las concesiones. Poco tiempo después, durante el denominado 'conflicto con el campo', la armonía entre las partes llegó a su fin.
Nunca quedó claro cuál fue el motivo real de la pelea: algunos dicen que fue la cobertura del conflicto, adversa al gobierno de Cristina Fernández; otros sostienen que fue una disputa por el control de Telecom, que Clarín pretendía. Jorge Lanata -hoy dentro del Grupò- cuenta otra versión: que a través de empresarios amigos el Gobierno pretendía quedarse con la empresa y que eso dinamitó la relación.
La tapa en blanco de una edición del diario Clarín y el slogan 'TN puede desaparecer' en la señal de noticias, signos de la resistencia del Grupo a la 'Ley de Medios'.
Sea cual fuere el motivo, el divorcio político se produjo y en pésimos términos. Mediante distintas aristas el gobierno kirchnerista intentó dañar al Grupo. Una de esas caras (la causa 'Papel Prensa' y la persecución a Ernestina Herrera de Noble por la presunta apropiación de sus hijos adoptivos fueron otras) fue el impulso a lo que se llamó la 'Ley de Medios'. Se trataba de una actualización de la legislación vigente que se implementó durante la última dictadura. En esencia, le nueva ley intentaba desconcentrar el mercado de medios. Clarín pasó a ser un "monopolio" dentro del discurso oficialista de entonces y, como tal, debía achicarse.
El anteproyecto se debatió en foros a lo largo y a lo ancho del país con el fin de dotarlo de legitimidad. Desde Clarín, que consiguió el apoyo mayoritario de la oposición, respondían que no se trataba más que de un ataque a la libertad de prensa. "Con la ley de medios TN puede desaparecer", fue el slogan que marcó la tensión del conflicto.
Pese a la resistencia, el proyecto se convirtió en ley el 10/10 de 2009 y, sin dilaciones, promulgado unas horas más tarde ese mismo día.
Ante eso, Clarín optó por la vía judicial. Tras varios idas y vueltas en la justicia, cautelares mediante, el caso finalmente llegó a la Corte Suprema, que avaló la ley por mayoría. La 'Ley de Medios' era constitucional y, por lo tanto, debía aplicarse: Clarín debía desinvertir y abandonar señales audiovisuales.
El kirchnerismo lo vivió como una gran victoria contra su rival, que había comenzado la "adecuación" a la nueva ley. Pero no contó con su propia torpeza. Con el afán de apurar los tiempos, la AFSCA -la autoridad de aplicación de la 'Ley' comandada por Martín Sabatella, un talibán K- inició una "adecuación" forzosa bajo el argumento de que las unidades que había definido el Grupo para dividirse compartían accionistas, a pesar de que el plan de la empresa había sido previamente aprobado. Esto derivó en una nueva medida de amparo pedida por Clarín que suspendió la acción de la AFSCA. La cautelar se extendió hasta enero de 2016. Pero el marco había cambiado: el kirchnerismo ya no gobernaba la Argentina.
Con Mauricio Macri en el poder la AFSCA fue disuelta mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y reemplazada por la Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), que hizo caer los planes de adecuación de los grupos alcanzados. El DNU fue ratificado por el Congreso lo que le dio carácter de ley. Fue la muerte de 'Ley de Medios'.