HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

domingo, 4 de diciembre de 2016

ROBERTO MORO: "LEGALIZAR EL CONSUMO DE DROGA GENERARÍA MUCHO MÁS DAÑO".


     Por Matías Ortega/Ámbito.- Esta semana, a raíz de un pedido de la Iglesia, el Gobierno Nacional lanzó el "Compromiso Social Contra las Adicciones" que involucra a todas las provincias con un aumento del presupuesto para los tratamientos y una fuerte campaña educativa sobre los riegos en el abuso de sustancias. Roberto Moro, titular de la Sedronar, dialogó con ámbito.com sobre los alcances del plan y la situación en materia de adicciones y narcotráfico en el país. También se refirió al diagnóstico esbozado por el papa Francisco respecto a la Argentina, el avance en el uso medicinal del cannabis y la posibilidad de que sea el Estado quien lo provea a los pacientes. Entre otras definiciones, Moro advirtió sobre la "naturalización" del consumo de drogas y el riesgo que genera la menor percepción del daño que provoca en la salud. "Legalizar el consumo de droga generaría mucho más daño", afirmó.
Periodista.: ¿De qué se trata este Compromiso Social contra las Adicciones? 


 Roberto Moro.: Tiene que ver con lo que viene diciendo el presidente Mauricio Macri de reducir el consumo de drogas y alcohol, conjuntamente con la iglesia, gobernadores, intendentes, organizaciones sociales y de familiares. De todo lo que recorrimos el país en estos 11 meses de gestión se fue gestando este compromiso social. Si bien era un tema que ya se había puesto en agenda al principio del año, se fue consensuando que se trabaje en un plan nacional para abordar esta problemática con ejes comunes. Lo que surgió fue este compromiso.

 ¿Cuál es la situación de las adicciones en el país? 

 R.M.: Lo que hemos visto es que el consumo ha crecido mucho en los últimos 10 años, que es lo que reflejan los datos de la UCA. No había muchos datos del Observatorio Argentino de Drogas, porque con la gestión anterior no funcionó. Estamos haciendo ahora un estudio nacional con personas de entre 12 a 65 años con el que vamos a tener más información. Según los datos de la UCA el consumo ha crecido notablemente en todo el país, algunos hablan de tres veces más, otros de cuatro o cinco veces más, según la región. Es más preocupante de lo que pensábamos al principio de la gestión. El mismo papa Francisco lo ha dicho hace poco. Que la Argentina ha pasado en los últimos 30 años de ser un país de paso a ser uno de consumo importante. 

 P.: ¿Coinciden con el diagnóstico del papa Francisco? 

 R.M.: Sí, claro. Como dice él, estamos a tiempo de frenar esto por eso es que esta declaración tiene que ver con esto, con estar todos de la misma vereda. Todos del mismo lado para combatir la droga, frenar el consumo, y volver a fortalecer la institución base de nuestra sociedad que es la familia. 

 P.: ¿Cuáles serían los objetivos en el corto plazo? 

 R.M.: Es cierto que la Argentina tiene 30 años de trabajo en el tema, cuando hay otros países que tienen el doble de tiempo y que han estabilizado el consumo. Esa sería la meta: reducir y estabilizar. Por eso es que el plan tiene un fuerte eje preventivo, porque creemos que tenemos que atender fuertemente la demanda que hoy existe para los tratamientos, pero que tenemos que empezar a generar tratamientos preventivos porque si no, no vamos a cortar el circuito nunca. Este Gobierno ha invertido para el próximo presupuesto una partida importante en un modelo preventivo educativo que hemos consensuado con el Consejo Federal de Educación, para que podamos poner el material en todas las escuelas del país a partir del próximo año. Queremos hacer prevención desde el nivel inicial, primario y secundario. La idea es que sea un módulo semanal, como una materia más dentro del aula, porque creemos que es la forma de empezar a generar el pensamiento crítico en los niños y fortalecerlos para que entiendan cuál es el daño que genera el consumo. 

 P.: ¿De cuánto es el presupuesto para 2017? 

 R.M.: Teníamos un presupuesto de casi $ 556 millones y ahora nos aprobaron lo que habíamos pedido que es $ 903 millones, casi el doble. Esto a partir de la declaración de la emergencia en adicciones y del apoyo de las organizaciones sociales y otros que forman una mesa de trabajo que representa a todos los que vienen haciendo algo desde hace mucho tiempo. 

 P.: ¿Van a continuar las Casa Educativas Terapéuticas? 

 R.M.: Sí, hay muchas a las que hay que fortalecer porque tienen mucha llegada a las zonas vulnerables.

 P.: ¿Se ha naturalizado el consumo de drogas como un hábito social? 

 R.M.: Sí. Hay muchos factores que fueron influyendo; uno de ellos tiene que ver con el cambio en la percepción de riesgo en el consumo, que está ligado con que si hace 10 años le preguntabas a un joven si consumir tabaco, alcohol, marihuana era dañino para la salud el 80% te iba a decir que sí, y hoy hacés la misma pregunta y es al revés; hoy los chicos piensan que no es dañino. Y tiene que ver con una instalación que fue lentamente desde todos los ámbitos, incluso del poder, diciendo que el consumo personal no era malo y creo que esto tiene que ver con todo esto. Que el mismo Estado fue generando la baja de percepción de riesgo. Me parece que es ahí donde tenemos que trabajar muy fuerte. Hoy después de 100 años de que el tabaco se empezó a comercializar en todo el mundo, que se empezó a vender como cigarro, decimos que es dañino, pero pasaron 100 años para que nos demos cuenta de que muchas personas murieron por el consumo de tabaco, con enfermedades cardíacas, con cáncer, y hoy ya nadie discute que hace daño. Sin embargo, todavía hay gente que dice que el consumo de marihuana no es malo y en realidad los que trabajamos en esto hace mucho sabemos del daño cognitivo y a la salud que genera, y eso es lo que tenemos que instalar. Diferenciar la sustancia y pensar en el sujeto, porque estamos trabajando más pensando en el sujeto y en sus derechos y que tenga un tratamiento acorde y accesible a su patología. Pero por otro lado desmitificar que la marihuana no hace daño. 

 P.: Entonces no ve la legalización como una solución 

 R.M.: Legalizar hoy generaría mucho más daño por esto de que la percepción de riesgo casi desapareció. Y muchos de los curas lo dicen, que en las villas el consumo no está legalizado por la ley pero está legalizado de hecho, porque el consumo es muy alto. 

 P.: Hay quienes plantean dudas respecto a que la habilitación del uso medicinal de la marihuana puede abrir la puerta para que algunos se aprovechen para utilizarlo de otra manera, ¿qué piensa al respecto? 

 R.M.: Hay que diferenciar el aceite cannábico, que es uno de los productos que tiene la planta de marihuana. El CBD no tiene nada que ver con el THC que es el que genera el daño. El CBD es el que se puede utilizar con fines medicinales, y el THC como alucinógeno. Por eso cuando alguien dice que la marihuana es medicinal está tratando de confundir. La marihuana no es medicinal, el componente CBD sí se podría utilizar, por eso siempre hay que hablar con propiedad para distinguir una cosa de otra y que la gente entienda bien. Es el mismo caso de la amapola. 

 P.: ¿Es por esto que se decidió no habilitar el autocultivo?

 R.M.: Yo estoy de acuerdo con que el aceite lo tienen que tener los que tienen patologías refractarias. Pero tiene que ser elaborado en un laboratorio y con control del Estado. El Estado lo tiene que proveer como ocurre en otros países. 

 P.: ¿Hay posibilidades de que el aceite se produzca en la Argentina? 

 R.M.: Todavía no está generado el debate. Lo que conozco de otros países, como Israel, es que el Estado lo produce y lo provee. Controla que ese medicamento sea elaborado en un laboratorio. 

 P.: ¿Se va a establecer algún mecanismo para agilizar el ingreso del medicamento? 

 R.M.: El registro ya existe y lo tiene ANMAT. Porque muchos de estos pacientes han solicitado el aceite cannábico y se los ha provisto de acuerdo a la historia clínica. Para esto tiene que haber un trabajo conjunto entre el Ministerio de Salud, ANMAT y Sedronar. 

 P.: ¿Cómo encontró el organismo y que cambió desde que asumió como titular? 

 R.M.: Una de las cosas que no había era un marco teórico de referencia para abordar la temática. Cuando uno va a trabajar en una temática como esta, tanto desde el punto de vista preventivo como terapéutico de tratamiento, tiene que tener un marco de referencia en lo territorial y en lo institucional. Ese fue uno de los primeros procesos, elaborar ese marco de referencia para diferenciar lo territorial de lo institucional y fortaleciendo el tratamiento comunitario, además de profesionalizar los equipos que van a estar en los espacios terapéuticos. Lo siguiente fue reconvertir los dispositivos, alineándolos, y poniéndolos en una modalidad más práctica donde unimos determinados dispositivos para que tuviesen más alcance y lográramos mayor accesibilidad. Y lo otro fue volver a generar las redes porque por ejemplo el Consejo Federal de Drogas no funcionaba y para nosotros es fundamental, porque son los ministros de cada provincia los que vienen con nosotros a confeccionar las políticas públicas en droga. Tener las voces del país nos parece fundamental. También poner en marcha el Observatorio Argentino de Droga, que no funcionaba en la última etapa del gobierno anterior, porque sin información científica no podés saber, por ejemplo, la edad de inicio de consumo de drogas o alcohol. Las decisiones se tienen que tomar con los indicadores en mano. Además, generamos los vínculos con las organizaciones sociales, reconvertimos la forma de trabajo con las ONG que tienen modelos de internación, e iniciamos un censo de instituciones para trabajar junto con ellas y mejorar los servicios. También avanzamos en capacitaciones en casi todo el país sobre distintos modelos de trabajo, llegamos a más municipios con un abordaje territorial, porque estamos convencidos de que el intendente es el primero que recibe el problema. 

 P.: ¿Cómo está el proceso de lucha contra el narcotráfico? 

 R.M.: Trabajamos muy bien con la ministra (de Seguridad, Patricia) Bullrich. Se ha equipado a las fuerzas, se expandió territorialmente, se está trabajando en la radarización. Argentina ha avanzado mucho. Hay que darles capacitación y herramientas a las fuerzas, porque si queremos combatir al narcotráfico tenemos que profesionalizar las fuerzas y darles los elementos, por ejemplo, scanners que no había muchos, y radares. Estas son las cosas que está haciendo el Gobierno, además de llevar las fuerzas federales al interior y armar en distintos lugares del país centros de inteligencia porque es la forma para frenar el narcotráfico que es un crimen organizado que tiene expansiones por todos lados.

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