Por Carlos Tórtora/El Informador.-
Entre las varias hipótesis que se tejen para el #25-O está la de que, justificada por las encuestas, la diferencia entre Daniel Scioli y Mauricio Macri sea mínima, es decir, inferior tal vez a un punto, y que en este margen se decida a la vez si habrá o no ballotage. Con 32.032.952 electores, un punto representa 300.000 votantes y, para algunos encuestadores, la suerte del ballotage puede jugarse en el orden de pocas décimas, es decir, 100 ó 150.000 votos.
Al clima altamente conflictivo que se vive en la provincia de Buenos Aires, con altas probabilidades de que haya miles de votos impugnados, sobre todo en el conurbano, se le suman las ya clásicas denuncias de maniobras fraudulentas contra los oficialismos más feudales, como el de Gildo Insfrán en Formosa, Maurice Closs en Misiones y el arquetipo en la materia, José Alperovich, que con el escándalo de las recientes elecciones provinciales tucumanas dejó una estela de malestar en todas las provincias del norte.
Así las cosas, no es irrazonable la especulación de que en la noche del #25-O se acumule una masa de votos recurridos e impugnados más que suficiente como para dejar en suspenso si Scioli se consagró presidente o si, por el contrario, habrá ballotage. Cuentan en esto las instrucciones que reciban sobre todo los fiscales del Frente para la Victoria, CAMBIEMOS y UNA en el sentido de ser o no generosos en materia de hacer impugnaciones.
Tiempo límite
De darse esta situación, la definición saldría del escrutinio definitivo, como no puede ser de otra manera. Pero hay que tener en cuenta antecedentes como el reciente de las elecciones provinciales de Santa Fe, en las cuales el recuento de votos se extendió varias semanas y con una nutrida polémica acerca de si debían o no abrirse todas las urnas, a lo cual el Tribunal Superior provincial respondió negativamente. De ser así, no sólo el país estaría literalmente paralizado a la espera de los resultados finales sino que el tiempo del escrutinio estaría dentro del plazo establecido por la el artículo 96 de la Constitución Nacional, que dice: “La segunda vuelta electoral, si correspondiere, se realizará entre las dos fórmulas de candidatos más votadas, dentro de los treinta días de celebrada la anterior”. En otras palabras que, en caso de que corresponda que haya segunda vuelta, la definición de la misma podría darse unos pocos días antes de que se celebre la misma. Todo un desafío para los candidatos y sus estrategas de campaña.
En síntesis, la generalizada presunción de que estamos ante un duelo muy ajustado puede tener proyecciones más allá del #25-O y llevarnos a una situación de extremo suspenso.