Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
El informe pericial que Sandra Arroyo Salgado les encargó a los peritos de parte Osvaldo Raffo, Daniel Salcedo y Luis Ravioli, la fiscal Viviana Fein lo tomó de mala manera porque prácticamente destruye todo lo que ella hizo hasta ahora.
La primera vez que Raffo y Salcedo trabajaron en el departamento de Nisman en Le Parc, descubrieron mediante la aplicación de luminol manchas de sangre que antes no aparecían y unos cuantos cabellos. Enseguida Fein dijo que no se había usado luminol en la escena del crimen porque no correspondía hacerlo en los primeros días.
La primera vez que Raffo y Salcedo trabajaron en el departamento de Nisman en Le Parc, descubrieron mediante la aplicación de luminol manchas de sangre que antes no aparecían y unos cuantos cabellos. Enseguida Fein dijo que no se había usado luminol en la escena del crimen porque no correspondía hacerlo en los primeros días.
Esta postura aparece desmentida en cualquiera de los capítulos de CSI que se televisan, donde utilizan el luminol de entrada. En cuanto a los cabellos, Fein dijo que se encontrarían un montón de ellos por las personas que estaban el lunes a la madrugada en el departamento pero hasta ahora no apareció ningún cabello más. Volviendo a la serie CSI, en la misma se toma la temperatura del cuerpo durante tres minutos para saber la hora de la muerte pero en el caso Nisman sólo se hizo 30 segundos. De ahí la diferencia pericial sobre la data de muerte.
Situación insostenible
Todo esto y muchas cosas más Arroyo Salgado las resumió en el punto 12 que Fein intentó negar para luego confirmarlo. Lo propio ocurrió con el movimiento del cuerpo, que para la fiscal no existió. Finalmente, está el episodio de la junta médica, de la cual Arroyo Salgado impugnó a Roberto Godoy, el decano del cuerpo forense de la Corte, y también a Héctor di Salvo, el perito que no pasó un concurso porque tiene pendiente un juicio oral por la muerte de un bebé y es fácilmente presionable por un gobierno que mantiene una fuerte injerencia en la justicia y que le podría ofrecer impunidad si por ejemplo dijera que la muerte de Nisman fue un suicido. Para completar este sainete, encima la autopsia de Nisman no tiene audio, algo que sería poco disculpable en un caso común, pero mucho menos en la muerte violenta de un fiscal que denunció a la presidente. En este caso era indispensable que estuviera el audio de toda la autopsia. La simple enunciación de los hechos deja claro que Fein obvió muchos detalles claves y debe ser apartada de la causa, salvo que, como todos creen, se quiera sepultar la investigación de esta muerte que conmovió a los argentinos y al mundo.
Parece no haber duda de que Diego Lagomarsino prestó el arma, por lo menos para un apriete al fiscal que se habría puesto feo y terminó con su asesinato por sectores cercanos al poder. Su declaración de que Nisman le pidió prestada el arma no puede probarse y el suboficial Luis Benítez, uno de los custodios que confirmó esa versión incomprobable, despierta sospechas de complicidad de las fuerzas de seguridad que responden a Sergio Berni. El martes, entonces, casi al mismo tiempo que la resolución de la recusación a Claudio Bonadío por Hotesur y a Germán Moldes por la denuncia de Nisman, la investigación de la muerte violenta de Nisman mostraría si hay un pacto de impunidad del cristinismo con un sector importante de la justicia.
