Por Pablo Wende/Ámbito.- También que mantiene el dólar "ahorro". Obligarán a dar más crédito dirigido.
En su presentación como nuevo titular del Banco Central, Alejandro Vanoli trazó la hoja de ruta de su gestión en sendas reuniones que mantuvo con banqueros de ADEBA (entidades nacionales) y ABA (extranjeros). Tras los encuentros, la institución divulgó un comunicado en el que detalló algunos contenidos de la reunión. Básicamente, la nueva conducción del BCRA asegura que espera una "trayectoria favorable" del balance cambiario en los próximos meses, es decir, que no se aguarda una caída de reservas.
También que se acentuará la política de crédito dirigido que viene llevando adelante el Central, obligando a los bancos a dar más préstamos a tasa subsidiada (incluso por debajo de la tasa de plazo fijo) al sector productivo.
Aunque no quedó expresado en los comunicados, tras la reunión trascendió que Vanoli les pidió a los bancos que transmitieran al mercado dos ideas centrales en relación con la situación cambiaria: no está prevista una devaluación y se mantendrá el "dólar ahorro". El fin de semana se analizó esta cuestión en el equipo económico y se optó por no realizar modificaciones, ante el peligro de que cerrar esta compuerta de acceso a dólares baratos (tipo de cambio oficial más un 20%) terminará impactando en el "blue", aumentando aún más la brecha.
El propio comunicado del Central indicó que Vanoli hizo mención al "estricto control" que se hará para asegurar el cumplimiento de la normativa cambiaria.
"Se busca consolidar la estabilidad financiera", señalaron. No hizo falta dar mayores detalles, porque todos entendieron que se estaba refiriendo especialmente a la operatoria de "contado con liqui", que la Presidente puso en la mira la semana pasada y acusó de "complot" a los que operan a través de este mecanismo.
El BCRA también detalló quiénes participaron en las reuniones. En representación de los bancos nacionales estuvieron Jorge Brito (Macro), Sergio Grinenco (Galicia), Claudio Cánepa (Banco de San Juan), Eduardo Elsztain (Hipotecario), Joao de Nobrega Pecego (Patagonia), Jorge Ramírez (Supervielle), Guillermo Cerviño (Comafi), Rogelio Frigerio (Banco Ciudad), José Luis Pardo (Mariva), junto a Norberto Peruzotti (director ejecutivo de ADEBA). La presencia que más llamó la atención fue la de Pardo, que habitualmente no participa en estos encuentros. Se encontró con Vanoli pocos días después de que la CNV decidiera el cierre preventivo de Mariva Bursátil por operaciones sospechosas relacionadas con el "contado con liqui".
En cuanto a los bancos extranjeros, participaron el presidente de ABA, Claudio Cesario, junto con Enrique Cristofani (Santander Río), Ricardo Dessy (Citibank), Ricardo Moreno (BBVA Francés), Fernando Terrile (HSBC), Sergio Feldman (Itaú), Alejandro Ledesma (ICBC), Tulio Lanari (BNP Paribas), Sebastián Reynal (Deutsche Bank) y Facundo Gómez Minujín (JP Morgan). Algunas de estas entidades, como el Itaú y Patagonia, habían sido mencionadas por Cristina por operar excesivamente en el mercado cambiario.
La presencia masiva de parte de los bancos dejó claro que el sector prefiere mantener una relación cordial con la nueva conducción del Central, pese a que ya se tomaron medidas que afectarán su rentabilidad, como imponer un piso para la tasa de plazo fijo.
Si bien en el comunicado difundido el viernes por el Central se habló de la posibilidad de subir los encajes, por el momento esta suba no será implementada. Al menos ayer no se tocó puntualmente este tema. Pareció más bien una advertencia a las entidades, ya que en el caso de que no sean exitosas en la estrategia de captar nuevos depósitos tendrían un efecto negativo en el nivel de rentabilidad vía suba de encajes, es decir, el dinero que los bancos deben mantener inmovilizados.
El Central aclaró, además, que la suba de tasas apunta a "afianzar los instrumentos de ahorro en moneda nacional y la protección de ahorristas minoristas". El incremento desde niveles del 19% al 24% se pondrá en marcha a partir de mañana. El equipo económico apuesta a que este mayor rendimiento seducirá a inversores para quedarse en pesos en vez de pasarse al dólar. Sin embargo, se trata de una tasa que sigue muy por debajo de la inflación real.
Para los bancos, la inquietud en relación con estas medidas -que de todas maneras se cuidaron de no expresar ayer- es cómo se verá afectado el nivel de rentabilidad de los balances.
