Por José Arturo Quarracino/PRIMERO LA PATRIA (Octubre de 2014).-
Dado el nivel de crecimiento y desarrollo económicos alcanzados en su primer gobierno, y ante la imposibilidad de mantener el autoabastecimiento petrolero exclusivamente por medio de YPF, el general Juan Domingo Perón formalizó en 1953/54 un convenio de locación de obra con la Standard Oil de California para la extracción de petróleo. Este convenio formalizado con la empresa petrolera estadounidense era absolutamente distinto y todo lo contrario a una concesión o a una asociación, ya que todo el petróleo extraído tenía que ser entregado a YPF. Más aún, fue un convenio totalmente público, enviado al Congreso para su aprobación y ratificación (lo que no ocurrió), no fue para nada secreto para ningún argentino.
En este convenio, la YPF totalmente argentina mantenía el control y la posesión de los yacimientos a explorar, no los ponía en manos de la empresa contratada, y compartía el 50% de las ganancias (una vez deducidos los gastos efectuados por la contratada). Anualmente, la Standard Oil sólo podía repatriar anualmente el 8% de las ganancias, y estaba obligada reinvertir el resto de éstas últimas (Antonio Cafiero, 5 años después..., Edición del autor, Buenos Aires, 1961, “Apéndice”, pp. 399 y ss.).
Este convenio tampoco contempló la creación de empresas subsidiarias por partes iguales y radicadas en un paraíso fiscal estadounidense, como Delaware.
En otras palabras, se trataba de una política totalmente contraria y antagónica a la política petrolera y a la política de inversiones extranjeras llevadas a cabo a cabo actualmente por la gestión “nac&pop” del ingeniero Miguel Galuccio (Se trata de las compañías YPF Shale Oil Investment I LLC, YPF Shale Oil Investment II LLC, YPF Shale Oil Investment III LLC y YPF Shale Oil Investment IV LLC, registradas por una firma estadounidense, Corporation Services Company, desde el año 2005 registrante también de Chevron Corporation!!!! Las dos primeras son dueñas de una empresa “argentina”, Compañía de Hidrocarburos No Convencionales SRL, creada por dos empleados de YPF y radicada en el domicilio legal de ésta última, mientras que las dos últimas están vinculadas a la petrolera malasiana Petronas, dueña de un porcentaje accionario de Repsol y socia de Chevron. Cfr. http://www.urgente24.com/224719-in-god-we-trust-la-soberania-made-in-usa-de-ypf).
Muy por el contrario, la tan vanagloriada “nacionalización de YPF”, en abril de 2012, festejada como un acto de “recuperación de la soberanía energética”, fue en realidad una simulación doble: por un lado, lo que se recuperó realmente fue la YPF privatizada en 1992 por el dúo Menem-Cavallo, ya que se mantuvo la condición de sociedad anónima de la misma, es decir, no se recuperó la YPF de Mosconi: los mismos que criticaron y criticaban la privatización de YPF hecha por Menem en 1992/93 festejaron que Argentina recuperaba en el año 2012 la YPF privatizada en 1992... por Menem/Cavallo. Por otro lado, se quiso justificar la expropiación de YPF criticando a Repsol por no haber invertido lo suficiente y haber rebajado la producción, cuando en diciembre de 2010 la presidente de la Nación había alabado la gestión Eskenazi en Repsol-YPF, afirmando que “por primera vez [YPF] no perdía reservas y había aumentado por primera vez la producción de barriles”, además de “tener aseguradas ahora reservas gasíferas hasta 16 años”, revirtiendo “la tendencia negativa de producción después de 12 años” y logrando “el 100 por ciento de recuperación de reservas” (En http://www.casarosada.gov.ar/informacion/actividad-oficial/6066).
Aunque no se vea a simple vista, la disputa actual con los fondos buitres está íntimamente relacionada con la problemática petrolera. Si bien es cierto que la sentencia en cuestión del juez Thomas Griesa avala el descomunal reclamo del fondo Elliot Management Corporation, no menos cierto es que los gobiernos kirchneristas han aceptado en este caso y en futuros casos que puedan presentarse (inversiones chinas, por ejemplo) tanto la prórroga de jurisdicción judicial como la renuncia a la inmunidad soberana. Es decir, es cierto que el juez Griesa no ha tratado a nuestro país como Estado soberano, pero el Decreto 1911/2004, en su artículo 3º, firmado por Néstor Kirchner como presidente de la Nación convocando al canje del año 2005, no sólo acepta que la Argentina, en los casos de canje de deuda con privados, pueda ser demandada ante tribunales de Nueva York, Londres y Tokyo, sino que además “renuncia a invocar la defensa de la inmunidad soberana”, adoptando una línea de continuidad absoluta con las condiciones establecidas en las emisiones de bonos anteriores a su gobierno.
Pero en este caso resulta casi grotesco “enfrentar a muerte” al “buitre” Paul Singer y al Fondo Elliot Management Corporation, mientras que se le aplica el carácter de inversor “progresista” al señor George Soros, Buitre supremo del sistema financiero internacional, padre y pionero de todos los buitres, quien además es personero y operador político-financiero de la banca Rothschild, de Inglaterra, creadora y dueña del sistema financiero mundial :
(William Engdahl, “The Secret Financial Network Behind Wizard" George Soros”, en http://balder.org/judea/George-Soros-The-Secret-Financial-Network-Behind-The-Wizard--By-William-Engdahl.php. Cfr. también http://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/esp_sociopol_rothschild06.htm).
a) George Soros comenzó su propio fondo de inversión Quantum Fund N.V. en el año 1969, para administrar un red secreta amplia de intereses financieros privados, “controlada por las principales familias aristocráticas y reales de Europa”, nucleadas en torno a la casa británica de los Windsor, ya que la Reina Isabel de Inglaterra es una de las aportantes más importantes de este fondo de cobertura. La City de Londres es el centro financiero de esta red, la cual fue lanzada y comenzada por la familia Rothschild.
Pero llamativamente, Soros eligió para sede central de su fondo el paraíso fiscal caribeño de Curazao (Antillas Holandesas), y así evitar la supervisión gubernamental estadounidense de sus actividades. Llamativamente también, todos los directores de la empresa son financistas suizos, italianos y británicos. Entre ellos, se destaca Richard Katz, hombre de la banca Rothschild, ya que forma parte de la Junta del banco mercantil londinense London N. M. Rothschild & Sons, y presidente de Rothschild Italia S.p.A. de Milán. Otro miembro del Fondo es Nils Taube, socio del grupo de inversión londinense St. James Place Capital, cuyo principal socio es Lord Rothschild.
b) George Soros está formalmente fuera de la estructura directiva de este Fondo, al que controla a través de otra compañía: Soros Fund Management, con su sede central en la ciudad de Nueva York. Este Fondo es actualmente uno de los accionistas extranjeros de YPF, posee el 3,50% de acciones.
En su totalidad, los accionistas extranjeros de YPF son en su casi totalidad fondos de inversión estadounidenses y suman un 25,24% de acciones.
Es decir, una cuarta parte de las acciones de YPF está en manos de fondos de inversión estadounidenses: Lazard Asset Management LLC, Mason Capital Management LLC, Perry Corp, Lazard Asset Management Ltd., Third Point LLC, Fidelity Management and Research Company, Morgan Stanley Investment Management Inc, Wellington Management Company, LLP, Discovery Capital Management LLC, Delaware Emerging Markets A, etc. (Ver http://investors.morningstar.com/ownership/shareholders-overview.html?t=YPF).
c) Más allá de estos juegos financieros y la radicación de sus empresas de inversión y especulativas en paraísos fiscales, George Soros es miembro de la plutocracia financiera mundial y de los grupos de poder que ésta última es dueña. No sólo es operador y empleado de la banca Rothschild británica, sino que además es miembro del Council on Foreign Relations [CFR], el think tank del establishment estadounidense que es el que realmente gobierna el país del norte y su política exterior, fundado en el año 1921 por el Bank of America, Merril Lynch, Chevron Corporation, Exxon Mobil Corp., Goldman Sachs Group, JPMorgan Chase & Co., etc. (Página web del Council on Foreign Relations, consultada el 3 de octubre de 2014: http://www.cfr.org/about/corporate/roster.html. También forman parte del CFR el Bank of New York Mellon Corporation, Blackstone Group, Rothschild North America, Inc., T. Rowe Price Group). No sólo eso: su compañía “Soros Fund Management” es aportante de la institución y forma parte del “Círculo del Presidente” [del CFR], junto con American Express, Blackrock, Shell Oil Company, British Petroleum pl, etc.
Resulta extraña y paradójica la lucha “antiimperialista nac&pop” del gobierno contra los fondos buitres, asociada a un miembro privilegiado de la oligarquía financiera mundial y socia de los fondos buitres. ¿O acaso ignora el gobierno que los fondos BlackRock, State Street, Fidelity Management&Research, Vanguard Group, T. Rowe Price Associates, Capital Research Global Investors, Wellington Management Co., entre otros, son los dueños de los grandes bancos de inversión multinacionales (JPMorgan Chase, Citigroup, Wells Fargo, Bank of New York Mellon, Goldman Sachs, American Express, etc.) y son dueños accionarios, entre otras, de Chevron Corp., Exxon Mobil Corp. y Repsol. En este caso, ¿ignora el gobierno que al abonarle a Repsol la indemnización por la expropiación de YPF en realidad le estaba pagando a los fondos buitres que denuncia, dueños de la petrolera “española”?
¿También ignora el gobierno que el “buitre” Elliot Management Corporation que nos ataca especulativamente y el estudio jurídico que “nos defiende” de los buitres, Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP, son socios del Council of the Americas, propiedad de David Rockfeller y su familia? En todo caso, resulta grotesco que el gobierno argentino crea estar librando una batalla épica, asociada y defendida por quienes son socios y amigos de la oligarquía financiera mundial y ya prácticamente dueños de YPF.
En definitiva, el gobierno sólo se acuerda del General Juan Domingo Perón cuando “las papas queman” y pretende disfrazar su fracaso con una “revolución” que sólo está en su imaginación. Bien podrían aprender de una de las tantas enseñanzas vitales de Perón y obrar en consecuencia: “el hombre procede tan bien como bien informado está. Cuando el engaño es colectivo el perjuicio es sólo para el engañado”.
