Por Guillermo Cherashny/El Informador.-
Al margen de la faringitis aguda que sufre la presidente, incide mucho en su ánimo que esperaba un final de su segundo mandato mucho más llevadero que el que presiente ahora. El caso es que sus asesores económicos esperaban un primer trimestre recesivo y una recuperación en el resto del año que empezaría en el segundo trimestre con la entrada de los dólares de la cosecha de soja. Al respecto, el gobierno mintió al afirmar que habría una cosecha record de 55 millones de toneladas pero los expertos aseguran que la cifra final será de 48/50 toneladas y con el agravante de que la tonelada en Chicago bajó a 487 dólares, un precio muy por debajo del que se esperaba.
Se cierra el círculo
Además, la recesión siguió en el segundo trimestre y no es del 1,5%, como dicen la mayoría de los analistas económicos, que no expresan la verdad para no perder sus principales clientes que son las grandes empresas. La realidad demuestra que estamos en presencia de una recesión aguda del 4% del PBI que tiende a agravarse en el segundo semestre y existen posibilidades escasas de una recuperación económica que encima se puede complicar aún más si el país entrara en default el próximo 30 de julio.
En este punto, el cristinismo está tirando de la cuerda con una posición muy dura intentando apretar al juez Thomas Griesa y a los holdouts, que tienen mucho que perder. Especialmente los últimos, ya que si hay default no cobrarán nada.
De ahí que las presiones irracionales del gobierno puedan lograr lo que la Corte de EEUU le negó, es decir, patear la pelota para principios de enero, cuando ya no rija la cláusula RUFO, que vence el 31 de diciembre de este año. La nueva reunión del viernes próximo en Nueva York abre algunas expectativas favorables, aunque habría que descartar que la Argentina pague la totalidad de lo resuelto por Griesa en bonos antes del 30 de julio, porque el cristinismo eligió el camino de la presión, que no sólo opera desde Buenos Aires sino también del lado de los bonistas que entraron al canje, que presionan para cobrar. Es el caso de los bonistas europeos, que dicen que Griesa no tiene jurisdicción para prohibir giros a Euroclear o Luxemburgo. Pero aunque se solucionara el juicio con los holdouts, la situación política es tanto o más grave que la economía en recesión, ya que el procesamiento de Amado Boudou y la posibilidad de que sufra un segundo con el juez federal Claudio Bonadío complica aún más al gobierno, que esta semana dudó si el vicepresidente debía asistir o no al acto en Tucumán en conmemoración del 9 de Julio. Y el frente judicial se agravó con una causa muy sensible a la familia Kirchner como la instruida por el fiscal federal Ramir o González, que recibió una denuncia anónima señalando que Daniel Muñoz, el secretario privado de Néstor Kirchner, fundó una empresa de aviación para trasladar bolsos llenos de dólares y euros desde la Casa Rosada hasta Río Gallegos y desde ahí a financieras para lavarlo en paraísos fiscales. Así las cosas, la presidente vería un futuro negro en el horizonte: no tiene posibilidad de que un heredero suyo gane las elecciones y corre el peligro de ser juzgada por los numerosos casos de corrupción de su gobierno.