Por Giselle Rumeau/El Cronista.-
Que el fallo adverso de la Corte Suprema de Estados Unidos al pedido de apelación de la Argentina en el caso de los fondos buitre lesiona el interés nacional no tiene discusión entre las principales fuerzas opositoras con posibilidad de disputar el poder en 2015.
Que el problema debe ser tomado como una cuestión de Estado porque el resultado trasciende al Gobierno nacional tampoco es motivo de debate.
El dilema por estas horas entre los principales referentes del arco opositor pasa por encontrar el delicado equilibrio de apoyar la posición argentina sin quedar entrampado en la bravuconada kirchnerista y el relato oficial. Desde los discurso belicosos y desafiantes de la propia presidenta Cristina Kirchner y del ministro de Economía Axel Kicillof contra el juez norteamericano Thomas Griessa al relato que sólo responsabiliza por la debacle a las gestiones anteriores al 2003.
Esa disyuntiva interna de las principales fuerzas políticas desnuda por estas horas algunas contradicciones y desprolijadades, producto además de la falta de previsión que también hubo en las oposición sobre la posibilidad de que se diera el peor de los escenarios.
En el Frente Amplio Unen (FAU), por caso, volvió a quedar expuesta la grieta ideológica y políticas entre sus miembros, que conspira contra la voluntad de ese espacio en formación de unificar un discurso coherente. Por caso, mientras la UCR modera las críticas y pide responsabilidad al Gobierno para encontrar una salida acordada sin llegar al default, Proyecto Sur directamente reclama desconocer esa deuda "ilegítima" y Elisa Carrió acusa al Gobierno de querer "crear un clima prebélico" tras el fallo.
Los radicales reconocen que el resultado los agarró mal parados, porque no esperaban el peor escenario.
Pero inmediatamente, sus precandidatos presidenciales buscaron mostrarse como estadistas y salieron a apoyar la negociación oficial, con cautela para no quedar presos de las maniobras oficiales. Ayer, tras escuchar a los funcionarios kirchneristas en el Congreso, el titular del partido, Ernesto Sanz y el diputado Julio Cobos, volvieron a remarcar que la "fuerza acompañará las decisiones que sean prudentes". "Hay que respetar la reestructuración de la deuda y no entrar en default", insistieron.
Pese a que los funcionarios no dieron demasiadas pistas sobre la estrategia a seguir, los radicales se fueron con la idea de que el Gobierno buscará pagar en Buenos Aires su deuda reestructurada. "No vamos a apoyar locuras", le dijo anoche Sanz a El Cronista.
El PRO y el Frente Renovador también vienen surfeando sobre la ola. A diferencia del FAU, Mauricio Macri y Sergio Massa quedaron presos de "la gesta patriótica" y enviaron sin dudar a sus representantes -Darío Giustozzi y Federico Sturzenegger, respectivamente- a Washington, a "hacer fuerza" por la Argentina ante la Corte. Algo que resultó una puesta en escena sin resultados favorables.
Ahora, el tigrense busca diferenciarse con propuestas propias, como la creación de una comisión bicameral para seguir la negociacióncon los bonistas, mientras que Macri reunirá a su tropa para establecer los pasos a seguir apenas regrese el sábado de su viaje por Israel.