Por Carlos Tórtora/El Informador Público.-
La adhesión de Roberto Lavagna a la candidatura de Sergio Massa sería el anticipo de una serie de reacomodamientos en el mapa del peronismo que podrían empezar ni bien termine el recuento de votos del próximo domingo. Detrás de la movida de Lavagna y del pase de Eduardo Amadeo, que abandonó la candidatura a diputado nacional por el frente de los Rodríguez Saá para incorporarse al equipo del tigrense, estaría la mano de Eduardo Duhalde. Éste impulsaría la formación de un polo peronista opositor en torno a Massa, tratando de empujarlo a una confrontación abierta con la Casa Rosada de la cual no estaría para nada convencido. Otro que estaría cerca de abrazarse al tigrense sería Hugo Moyano, cuyo alejamiento de Francisco De Narváez sería inminente en caso de que éste descienda en las primarias hasta alrededor del 10 por ciento de los votos.
Un capítulo aparte sería la incorporación al massismo de varios intendentes peronistas del conurbano que hoy revistan en el Frente para la Victoria.
Pese a que el inmediato inicio de la campaña para las elecciones del 27 de octubre impide que haya cambios en las alianzas, no hay duda de que la dirigencia ya se está anticipando a la etapa post-electoral. En caso de que, como todo parece indicar, tanto José Manuel de la Sota como Mauricio Macri salgan el domingo que viene bien parados en sus respectivos distritos, ambos ratificarían sus precandidaturas presidenciales para el 2015. El cordobés ya está encontrando su rol: ser el tercero en discordia entre Scioli y Massa, aprovechando que hay muchos sectores peronistas que están fuera de los esquemas de aquéllos.
Daniel Scioli, por su parte, ratificaría sus ambiciones presidenciales la semana próxima si su pupilo Martín Insaurralde queda a menos de cinco puntos de Massa.
En la mesa chica del PRO están muy atentos a los síntomas de una polarización entre el eje CFK-Scioli y Massa. Si se profundizara la división entre kirchneristas y post-kirchneristas, el peronismo comenzaría a recorrer el peligroso camino hacia una división para el 2015. En este contexto, el jefe del PRO se encontraría con un panorama estratégico favorable: con un peronismo partido, el macrismo se posicionaría mucho mejor para la carrera presidencial. La alianza actual entre Massa y Macri es promisoria pero endeble. Si el primero se lanzara próximamente para presidente podría precipitarse una crisis.
Tiene cierto crédito la versión de que Massa se cuida extremadamente de decir cosas que lo enfrenten en forma irreparable con la presidente. Para empezar, omite hasta ahora cualquier mención a la corrupción oficial, lo que sería una forma de mantener los puentes tendidos.
El factor sorpresa
La monotonía de la actual campaña electoral podría quebrarse en las próximas semanas si se confirma la versión que señala que la Corte Suprema de Justicia dictará sentencia en la causa de Clarín inmediatamente después del 11 de agosto. De quedar confirmado el fallo anterior de la Sala I de la Cámara Civil y Comercial Federal, netamente favorable al multimedios, el gobierno quedaría sumamente debilitado e incluso podría perder votos para octubre. En el caso inverso, no hace falta comentar que realizaría una explotación electoral intensiva de la sentencia. Hasta ahora, es casi imposible pensar en hechos que desequilibren la situación. El fallo sobre la inconstitucionalidad de la ley de medios sería, justamente, un factor desequilibrante.