CFK y Daniel Scioli pactaron una tregua la semana pasada en la que mantuvieron dos largas reuniones. Como consecuencia de esto, el gobernador bonaerense dio una nueva prueba de su lealtad a la presidente, y firmó ayer el decreto que formaliza la convocatoria a elecciones primarias, abiertas y simultáneas para el 11 de agosto y el 27 de octubre para las generales, como parte del cronograma electoral provincial estipulado, es decir que ató la elección provincial a la nacional.
Como contraprestación, Scioli obviamente espera que la Casa Rosada afloje el cepo financiero que jaquea a la administración bonaerense. Este realineamiento no supone de ningún modo que se hayan evaporado los frentes de tormenta en el corredor La Plata-Olivos. La realidad es que la inundación golpeó al oficialismo en general y favoreció que Cristina y Scioli se sentaran nuevamente a conversar. Pero sin duda que las tensiones subsisten. Por ejemplo, la llamada telefónica de Francisco a Scioli volvió a irritar los ánimos del ultracristinismo. La inteligencia oficial le informaría a la presidente que el sciolismo instaló en Roma un embajador propio ante el Vaticano. Según estos informes, el ex Secretario de Población de Carlos Menem, Aldo Carreras, sería el nexo entre el staff del Papa y el gobernador. Carreras fue durante muchos años un hombre de la mayor confianza del fallecido cardenal Raúl Primatesta. Como no podía ser de otro modo, el cristinismo estaría dando rienda suelta a su natural paranoia y sospecha que la similitud en el discurso dialoguista que tienen el Papa y Scioli puede conducir a gestos de acercamiento cada vez mayores y contrarios a un gobierno que no teme reconocer que pretende controlar los tres poderes del Estado.
A todo esto, el diseño del mapa electoral está en parte pendiente de las ya largas negociaciones entre Mauricio Macri y Roberto Lavagna para definir si éste será el primer candidato a senador nacional del PRO en la Capital. El caso es justamente que Lavagna, que creó una mesa chica junto con José Manuel de la Sota y Hugo Moyano, se presenta ante el jefe del PRO como representante del peronismo anti K y le reclamaría que en los primeros 5 lugares de la lista para diputados nacionales se ubiquen el ex vocero de Aníbal Ibarra, Carlos Campolongo, y el ex presidente del Banco Central durante la presidencia de Eduardo Duhalde, Aldo Pignanelli. En el entorno de Macri aseguran que éste no aceptaría hacer estas concesiones pero tampoco se decide a romper la negociación con Lavagna porque teme que se presente como candidato por su cuenta y le quite votos al PRO. Jaime Durán Barba, el consultor de Macri que suele dar las opiniones más influyentes, se opone al acuerdo con Lavagna y a la peronización del frente que arme el PRO en el territorio porteño. Según el gurú ecuatoriano, con Gabriela Michetti y Federico Pinedo como candidatos a senadores, el PRO se beneficiará también este año de la tendencia que le dio el triunfo en el 2011. Esto es, que la elección porteña se nacionalice y que el electorado opositor piense en términos de voto útil, volcándose masivamente al PRO para castigar al kirchnerismo. De no pactar con Macri, el ex ministro de economía de Néstor Kirchner estudiaría presentarse con listas propias o, si las encuestas no le alcanzan, dar un paso al costado.
Obviamente, el curso del diálogo entre Macri y Lavagna está muy ligado a lo que ocurra en Buenos Aires entre el PRO y Francisco de Narváez. Las posibilidades de un acuerdo todavía existen pero son débiles. Y el crecimiento del empresario en las encuestas le baja el precio al macrismo.
Una extraña alianza
A todo esto, otros actores están pendientes de la definición entre Macri y Lavagna. Es el caso de Alberto Rodríguez Saá, que lanzaría su candidatura a senador nacional porteño en caso de que el ex ministro de economía no siga adelante. El ex gobernador puntano acaba de forjar una extraña alianza con el ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner Alberto Fernández, que pretendería ser candidato a primer candidato a diputado nacional por Capital. La carta fuerte de Fernández para su negociación con Rodríguez Saá no serían precisamente las encuestas -que no lo mencionan- sino su excelente relación con el grupo Clarín. El ex Superintendente de Servicios de Salud, Héctor Capaccioli, procesado en la causa de la mafia de los medicamentos, ya habría desembarcado en las oficinas de los Rodríguez Saá como el operador principal de Alberto F. Éste, a su vez, invoca permanentemente su supuesta condición de asesor de Scioli y dos semanas atrás apareció incorporándose a La Juan Domingo, lo que provocó más de una polémica.
