HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 13 de agosto de 2012

VIVIR SE PUEDE, PERO NO TE DEJAN.



Viajar como animales, subtituló la periodista Graciela Moschovsky su último libro sobre la tragedia ferroviaria de Once. Me pregunto de que otro modo calificar el taponamiento de la ciudad a comienzos de semana. Buenos Aires ya viene sobrepasado y enfermo de congestionamiento desde hace tiempo por la gran cantidad de vehículos que circulan por sus calles y la ausencia de un sistema de transporte eficaz, rápido y descongestionante. Esto se originó, en parte, o se sumó a un conflicto que clausuró el servicio de las seis líneas de subterráneos y el Premetro. Por los argumentos conocidos, los empleados de ese servicio no tienen un interlocutor válido para plantear sus reivindicaciones salariales. La concesionaria Metrovías se defiende señalando que está operando con una deuda acumulada de $ 200 millones. Los trabajadores venían solicitando un aumento que está en la misma línea (26%) que otros gremios ya solicitaron y obtuvieron.

En el trasfondo, en los medios de comunicación se refleja el tenso y ya desgastado enfrentamiento entre el Gobierno de la Ciudad y el de la Nación para ver quién se hace responsable del subterráneo. Todavía no hay nada institucionalizado ni definitivo pero las acusaciones van y vienen. La Casa Rosada y sus Ministros se amparan en una ley, votada demasiado rápidamente, que determina el traspaso de ese transporte a la Ciudad. Pero la Ciudad contesta que no le escapa al control del subterráneo mientras la cesión se realice teniendo en cuenta los recursos disponibles, junto con un criterio especial de administración.
En este colapso quien perdió fue la gente, el ciudadano de a pié , en colectivo o en su propio auto. Viajar fue una experiencia doblegante. Y todo surge de una suma de situaciones críticas. Cada día que pasa el modo de vida se condiciona un poco más en Buenos Aires. La clase media urbana se siente “atrapada y sin salida”. Los servicios esenciales de toda casa o departamento han aumentado significativamente. Los ingresos van rezagados respecto del costo de vida.Sabe que la inflación oficial es un invento, que el 25% anual de incremento del costo de vida queda también atrás cuando buscan cargar el changuito en el supermercado. Si sale en su automóvil encuentra incrementos periódicos en los combustibles, falta de garajes o sitios al aire libre para estacionar y tarifas para dejar bajo techo el rodado que ya son para millonarias. Y debe circular en calles estrechas por el establecimiento de las sendas para bicicletas que se hicieron sin tener en cuenta el crecimiento vertiginoso del parque automotor. O acostumbrarse a los cortes y piquetes.
El lunes, en medio del caos vehicular, las grúas que levantaban rodados corrían para encontrar fáciles presas en cualquier punto del macrocentro. Ese sistema represivo, el de las grúas, tiene las concesiones vencidas y realizan procedimientos con un policía en la cabina del camión. Policías que tendrían que estar dirigiendo el tránsito cuando dejan de funcionar los semáforos o custodiando las calles ante el desafío extendido de la inseguridad.
Es un proceso de los últimos meses y las cifras muestran una caída en el consumo habitual de los habitantes de las ciudades o de ciertos productos clásicos. La problemática crece día a día.Si a ello se agregan los conflictos a los que se viene exponiendo, el clima de desasosiego colectivo se multiplica. Conflictos con la basura. La mugre que tapona las esquinas. La ausencia de productos elementales por el control de importaciones y las limitaciones férreas en el control de cambios sin una comunicación serena y comprensible por parte del gobierno. Ya no se trata del repuesto de un automóvil fabricado en otros sitios del planeta, que no se consigue. Una amiga artista, a semanas de una exposición de su creación, me comentó que no puede terminar sus obras por falta de fijador para cuadros que llega del exterior. La reacción a tanta presión se podrá manifestar de dos maneras: o con los brazos cruzados, aceptando las circunstancias, o con manifestaciones de bronca enardecida. De ello saldrá una sociedad anómica o bien otra, enardecida.
Esta cadena de hechos afligentes podría tener soluciones que son políticas, más que económicas . Se trata que quien ejerce el máximo poder en la República sugiera o solicite en vez de imponer. Que imponga el diálogo y no la confrontación. Que reparta los recursos públicos con coherencia y con ecuanimidad. Un viejo refrán judío da cuenta de este tipo de conflictos que se nos han caído encima : “Vivir se puede. Pero no te dejan...”

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