HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

sábado, 11 de agosto de 2012

SCIOLI SE AFERRA A LA ESTRATEGIA DE LA AMBIGUEGAD


Daniel Scioli intentaría continuar con su juego de equilibrio inestable, que oscila entre el acuerdo y el distanciamiento de la presidente. Por un lado, el gobernador consiguió desplazar a la cristinista Silvina Gvirtz al frente de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia, para designar a la senadora sciolista y ex radical Nora de Lucía. También nombró como nuevo Secretario General de la Gobernación a un enemigo de la Casa Rosada, el ex duhaldista Eduardo Camaño. Pero al mismo tiempo Scioli va coincidiendo con Gabriel Mariotto, que cuestionó la reciente extensión de las licencias a los bingos bonaerenses para reclamar la estatización del juego.
El gobernador confirmó que se estatizará el juego on line en Buenos Aires, al no renovarse la concesión de ese servicio, que vence en noviembre próximo, y que el actual titular del Grupo Bapro, Santiago Montoya, se hará cargo del tema. El otro dato es que, desde ayer, fuentes kirchneristas insisten en que Scioli podría encarar el desdoblamiento del ministerio de Justicia y Seguridad. La decisión podría tomarse -según esta versión- si existe un previo acuerdo con el kirchnerismo para que Ricardo Casal pase a la Fiscalía de Estado. Se menciona nada menos que a Sergio Berni para Seguridad y el diputado provincial Iván Budassi para Justicia. Hasta ahora, la permanencia de Casal en su cargo es el símbolo de la resistencia sciolista. Aquél es atacado en forma persistente por Horacio Verbitsky y el ultracristinismo, que sueñan con controlar la seguridad provincial. Para apaciguar los ánimos del oficialismo, el ex motonauta declaró ayer: “no me gusta que desconfíen de mí, porque yo no fallé nunca. Cuando hay que estar, yo estoy en la mesa”. Y remató, dirigiéndose a los ultra kirchneristas, “pueden estar muy tranquilos, yo no soy un problema”.


El juego

Es comprensible que Scioli esté emitiendo permanentemente señales contradictorias de aproximación y alejamiento de la Casa Rosada. Cuando avanzó hacia un diferenciamiento más nítido -y planteo sus ambiciones presidenciales-recibió como respuesta un formidable castigo por parte del cristinismo, que lo colocó al borde de una crisis de gobernabilidad. Pero identificarse lisa y llanamente con la Casa Rosada también conlleva serios riesgos. Si aparece como un soldado más de Cristina dejaría de ser visualizado como la gran esperanza por los sectores independientes y de centro derecha que sueñan con su ruptura con ella. La clave de su subsistencia como presidenciable parece estar, entonces, en insinuar que en cualquier momento romperá relaciones con Olivos, aun cuando esta alternativa es hoy casi imposible. Se trata de un juego mediático en el cual Scioli ya demostró ser un maestro. Con sus silencios ante los ataques cristinistas busca reforzar la idea de que no tiene más remedio que ceder ante las presiones pero que en realidad sigue estando en desacuerdo. Y en cuanto consigue espacio para hacerlo -como en los últimos días- da señales de diferenciarse acompañadas de otras en sentido contrario para compensar. Pero cuando su diferenciación provoca la reacción del cristinismo y se inician las represalias, opta entonces por retroceder y apela a la victimización.

Este interminable ejercicio de ambigüedad le permitió hasta ahora sostener una imagen positiva que supera a la propia Cristina. Aunque en menor medida que a ella, la reciente crisis de los aguinaldos le costó la baja de algunos puntos en las encuestas. A esta estrategia de la ambigüedad le esperan no pocas pruebas de fuego antes de llegar al desenlace del 2015.

Es obvio que ahora Scioli está intentando una recomposición con el cristinismo que le evite nuevas crisis en este segundo semestre.

Pero a partir del primer trimestre del 2013, lo más probable es que CFK ponga en marcha la campaña electoral oficializando listas de diputados en las cuales el sciolismo tendría poca o ninguna participación. De ocurrir esto, la estrategia de la ambigüedad podría entrar en crisis y el gobernador tendría que decidirse entre opciones con costos políticos altos: cuestionar el armado electoral de Cristina y arriesgarse a las represalias o practicar la obediencia debida y debilitar así su perfil presidencial.

Entradas populares

ARCHIVO DEL BLOG