HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 21 de mayo de 2012

SCIOLI

Scioli congelaría su candidatura a cambio de que CFK suspenda el ahogo financiero. Tanteos para que la sangre no llegue al río. Si se cumple lo previsto, mañana el cristinismo mostrará cómo funciona su nuevo esquema de poder. La presidente recibirá primero a los gobernadores justicialistas y, horas más tarde, se reunirá el Consejo Nacional del PJ que preside Daniel Scioli. Esta secuencia marca claramente que el partido está relegado a un segundo nivel y que la presidente quiere que esto siga así, que todos tengan en claro que el poder es hoy unipersonal y que ella no está dispuesta a compartirlo con el peronismo. Por esta razón, y porque no quiere alejar los votos de la centro izquierda alérgica al escudito y el bombo, es casi imposible que Cristina asuma la presidencia partidaria. Gana terreno, en cambio, la tesis de prorrogar los mandatos vencidos de la actual conducción hasta el 2013. Pero el verdadero problema hoy es el círculo vicioso en el que entró la tensa relación entre el cristinismo y el sciolismo. LEER MÁS
Hasta ahora, este equilibrio inestable consistía en que Gabriel Mariotto jaqueaba moderadamente al gobernador para mantenerlo presionado y éste evitaba confrontar y cuidaba cada una de sus palabras. Pero al admitir Scioli días atrás sus aspiraciones presidenciales -ratificadas ayer en el reportaje que Magdalena Ruiz Guiñazú le hiciera en Perfil- este frágil equilibrio se rompió. Ahora se abrió formalmente una interna por la candidatura presidencial y cada movimiento político de la presidente y el gobernador serán leídos en ese sentido. En este punto hubo dos señales convergentes. Los recortes -superiores a los esperado-de los fondos coparticipables y la forma en que se frustró la semana pasada, por falta de quorum, el tratamiento del proyecto de reforma impositiva que actualiza las valuaciones fiscales rurales y aumenta el impuesto inmobiliario, le indicaron al gobierno provincial que ingresaba en una emergencia. Si a las dificultades para el pago de sueldos se le suma que unos cuantos intendentes podrían tener problemas para mantener el gasto social que contiene a sectores marginales, la consecuencia probable podría ser una escalada de conflictos sindicales. Pero lo más temido sería una ola de violencia social en el conurbano que podrían disparar sectores de la izquierda, ansiosos por ganar terreno político. En el polvorín del conurbano la ingobernabilidad está entonces a la vuelta de la esquina y en este cuadro hay algunos elementos nuevos. Por ejemplo, la Casa Rosada contaría ya con 8500 gendarmes desplegados en el conurbano, que serían auxiliados con otros 1000 acuartelados en el destacamento móvil de Ezeiza. De desatarse episodios de violencia de magnitud, Nilda Garré está hoy en condiciones de asumir la conducción de la crisis marginando a la policía bonaerense, lo que dejaría a Scioli como un espectador del incendio en su propio campo. En el entorno del gobernador dudan de que el cristinismo esté dispuesto a llegar a tanto. En primer lugar, porque un estallido de violencia podría dañar la imagen de la presidente tanto o más que la del propio Scioli, dada la probada habilidad de éste para victimizarse. Pero tampoco se puede negar que la tendencia del kirchnerismo a jugar con fuego es conocida. Basta con recordar que en la ola de ocupaciones violentas que se iniciaron en diciembre del 2010 con la bataola en el Parque Indoamericano, los activistas K tuvieron un rol central con la idea de demostrar que Mauricio Macri era incapaz de controlar la situación.

Consecuencias previsibles

En este contexto, la insistencia de Scioli en presentarse como precandidato presidencial a tres años de la definición de las candidaturas podría explicarse por las dificultades que se insinúan para la gobernabilidad e su provincia. Plantándose como el sucesor de CFK, Scioli podría contar con un escudo político. Es decir, si la situación provincial continúa agravándose, quedaría en claro que se trata de un castigo que CFK le impone por haberla enfrentado. También estaría implícito en esto el siguiente mensaje: “si suspenden el ahogo financiero, yo digo que no es tiempo de hablar de candidaturas y congelo el tema”.

Aunque parezca menos urgida que el gobernador, Cristina también está en un atolladero. Es que buena parte de la política nacional empieza a girar, adelantada a los tiempos formales, en torno a la candidatura de Scioli y si CFK podrá competir. El daño de este debate para el gobierno es bastante importante. Sobre todo cuando éste no consiguió todavía defenestrar a Hugo Moyano -un aliado de Scioli- de la conducción de la CGT. Es probable que los gobernadores mañana ratifiquen su acatamiento incondicional a Cristina y que lo mismo haga Scioli, pero esto no sería suficiente para congelar el tema. Ayer, por ejemplo, Julio Cobos se sumó a la puja, dando su voto favorable a la candidatura de Scioli. En la cúpula de la UCR, por otra parte, hay varios que huelen una gran oportunidad política. Si el cristinismo empieza a verse jaqueado por el avance del ex motonauta, necesitaría armar cuanto antes un Pacto de Olivos II para conseguir que la UCR acepte institucionalmente una nueva reforma constitucional. Esto, a cambio de dar en las dos cámaras del Congreso el voto de sus legisladores para que el oficialismo consiga los dos tercios que exige el artículo 30 de la Constitución Nacional para que se declare la necesidad de la reforma. En otras palabras, se crearían las condiciones para el resurgimiento del bipartidismo y el gobierno debería ceder, tal como hizo Carlos Menen en el ‘94, a las exigencias radicales sobre temas a incorporar a la reforma. De más está decir que si este esquema se pone en marcha, no sólo Scioli quedaría postergado. Al privilegiar el gobierno el diálogo con la UCR y obtener ésta concesiones importantes, Macri podría perder peso como alternativa de la oposición. Además, hasta ahora, el jefe del PRO viene eludiendo asumir el rol de jefe de la oposición, tal vez porque quiere evitar el desgaste de una guerra permanente hasta el 2015.

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