La ministra de Seguridad, Nilda Garré, señaló ayer que siente “mucho respeto” por el juez federal Daniel Rafecas, poniéndose en la vereda de enfrente de la casi totalidad del gabinete y de Juan Manuel Abal Medina, el Jefe de Gabinete, que es hijo de su ex marido. En efecto, Abal Medina y Aníbal Fernández aparecieron en los medios para apoyar a Amado Boudou, luego del lamentable monólogo televisivo de éste culpando por sus males a una conspiración que comprende a la justicia -Rafecas en particular- Clarín y la empresa Boldt, entre otros. La disidencia de Garré encendió las alarmas y forzó ayer a una reunión de urgencia en Olivos. En la misma se sacaron algunas conclusiones. Por ejemplo, que Garré estaría sumamente resentida desde que el mes pasado la Presidente designó al ex mano derecha de Alicia Kirchner, Sergio Berni, como Secretario de Seguridad. Por otra parte, la combativa ministra mantiene una amistad de más de 40 años con el Procurador General de la Nación, Esteban Righi, cuyo estudio acaba de ser denunciado por Boudou como operador de tráfico de influencias con los jueces federales.
Convencida de que ya no tiene destino en el gobierno, Garré estaría de este modo precipitando su salida del gabinete, pero no para recluirse en su casa sino para pasar a la acción política. O sea, vestir su despido con la bandera de la defensa de las instituciones.
Por otra parte, las relaciones entre CFK y su ministra siempre fueron malas y le costó bastante trabajo a Horacio Verbitsky mejorar en los últimos años esta situación. Ahora, la salida de Garré debilitaría la red política y económica tejida en la ultima década por el columnista de Página 12, cuya lista de enemigos dentro del gobierno tiene varias hojas.
Ese cuadro generaría un serio temor en el seno del Gobierno: que Garré se convierta en una reedición de Alberto Fernández. Éste, cuando fue desplazado del poder, pasó inmediatamente a convertirse en el operador de proyectos alternativos al kirchnerismo y en uno de los críticos más molestos para la Casa Rosada. Es más, una fuente del PJ señala que Garré no está en malas relaciones con el ex Jefe de Gabinete de los Kirchner.
Es sabido, además, que la ministra aspira a ser electa senadora por la Capital en el 2013. Justamente, se trata del distrito donde, al menos según un sondeo telefónico realizado esta semana, las reacciones contra el Gobierno por el Boudougate son más significativas.
El gabinete fantasma
La disidencia de Garré es, por otra parte, una señal más de la agonía de un gabinete, cuyos miembros, en su mayor parte, fueron confirmados por la Presidente el 10 de diciembre pasado. A la costumbre de su fallecido esposo de gobernar sin reuniones de gabinete, Cristina le sumó otra: gobernar con pseudo ministros, mientras el poder lo ejercen funcionarios de menor jerarquía. Son los casos de Guillermo Moreno, el verdadero Ministro de Economía ante un Hernán Lorenzino de presencia testimonial. Lo mismo ocurre con el cargo más alto de la administración, porque Abal Medina interviene poco y nada en los asuntos de Estado y el verdadero Jefe de Gabinete es el Secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. A esto se le suma el ya comentado vaciamiento de Garré por Berni y el creciente jaqueo de La Cámpora a Julio de Vido y Florencio Randazzo, otro firme candidato a dejar el gabinete. El broche de oro es, obviamente, la imposibilidad de que Boudou pueda volver a funcionar como un Vicepresidente normal, por lo cual sus funciones van siendo absorbidas por el presidente de la bancada del FpV, Miguel Ángel Pichetto, y por la Presidente Provisional del Senado, Beatriz Rojkés de Alperovich.
FUENTE: CARLOS TÓRTORA/El Informador
