Como en Argentina, el máximo tribunal de Brasil se expidió a favor del aborto. Sentencia del Supremo Tribunal Federal. Algunas peculiaridades del caso. Los obispos hablaron antes de la sentencia. Dilma se saca la careta. El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) se expidió, el 12 de abril, sobre una vieja causa del año 2004, autorizando el aborto en casos de anencefalia. El expediente estaba caratulado como ADPF/54 (Argumentación de Incumplimiento de Precepto Fundamental número 54, acción judicial propuesta para liberar el aborto en caso de anencefalia fetal). Tras un debate de dos días, los jueces que votaron a favor del aborto fueron: Marco Aurélio Mello, autor de la sentencia; Rosa Weber, Cármen Lúcia, Joaquim Barbosa, Luiz Fux, Carlos Ayres Britto, Gilmar Mendes y Celso de Mello. Los votos contrarios a la resolución correspondieron al presidente del STF, Cezar Peluzo, y a Ricardo Lewandowski. Ver más
El juez José Antonio Dias Toffoli se abstuvo, porque ya se había manifestado a favor del aborto de los bebés anencefálicos cuando era Abogado General de la Unión, el cargo de asesoramiento jurídico más importante del Poder Ejecutivo.
El juez José Antonio Dias Toffoli se abstuvo, porque ya se había manifestado a favor del aborto de los bebés anencefálicos cuando era Abogado General de la Unión, el cargo de asesoramiento jurídico más importante del Poder Ejecutivo.
Hasta ahora, en Brasil se reconocían tres causales de aborto legal: protección de la vida de la mujer, violación e incesto.
Algunas peculiaridades del caso
Según los boletines pro-vida de Antonio Donato, el ministro (juez) Marco Aurélio de Mello, autor de la sentencia, había dado a conocer su opinión varias veces, es decir, había prejuzgado, lo que es inadmisible en un juez honesto. Por ejemplo, en un reportaje a la revista Veja, de Mello declaró que su intención en esta causa era sentar un precedente que permita en el futuro la liberalización del aborto en Brasil. En los comunicados de Donato se acusa a de Mello de “estar usando su cargo -en la más alta instancia judicial de la magistratura brasileña- como instrumento del activismo y la militancia política”.
La misma fuente indica que la acción judicial fue promovida por el Instituto de Bioética, Derechos Humanos y Género. Quienes ayudaron a crear, desde 1992, “casos testigos” a favor del aborto de los niños anancefálicos fueron, entre otros, el Dr. Thomas Gollop, obstetra de San Pablo, y otro conocido activista pro aborto, Dr. Aníbal Faundes del Centro de Atención Integral para la Salud de la Mujer, de Campinas y presidente del Comité de Derechos Sexuales y Reproductivos de FIGO y FLASOG -Federación Latinoamericana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia-, (vid. NG 461, 632, 726, 727, 749).
Los obispos hablaron antes de la sentencia
En los días previos a conocerse el fallo del Superior Tribunal se manifestaron en contra de permitir el aborto de los niños no-nacidos anancefálicos, instando a los ministros de la Corte a respetar el derecho a la vida, el Cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de San Pablo; Mons. Orani João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro; el arzobispo de Belém do Pará, Mons. Alberto Taveira; Mons. Fernando Arêas Rifan, obispo de la Administración Apostólica São João Maria Vianney de Río de Janeiro; Mons. José Antonio Peruzzo, obispo de Palmas-Francisco Beltrão; Mons. Dimas Lara Barbosa, arzobispo de Campo Grande y segundo vice-presidente del Consejo Episcopal Latino-americano (CELAM); Mons. Antônio Augusto Dias Duarte, obispo auxiliar de Río de Janeiro; Mons. Jacyr Francisco Braido, obispo de Santos; Mons. Airton José dos Santos, arzobispo de Campinas; y Mons. Henrique Soares Costa, obispo auxiliar de Aracaju.
La Conferencia Episcopal, con posterioridad a la sentencia, divulgó un comunicado en el que lamentó la decisión judicial y acusó al Supremo Tribunal Federal de haber usurpado la prerrogativa del Congreso Nacional de legislar, modificando, vía judicial, el Código Penal.
"Legalizar el aborto de fetos con anencefalia es descartar a un ser humano frágil e indefenso", dice además, la nota de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB).
En el mismo texto, el episcopado alegó que su defensa del derecho a la vida de los anencefálicos está basada en argumentos científicos y jurídicos, y reivindicó el derecho de la Iglesia de defender el derecho natural a la vida, ya que algunos de los magistrados del STF alegaron, ante los reclamos de los obispos, que Brasil es un “Estado laico”.
Dilma se saca la careta
Un día después del fallo, el gobierno brasileño anunció que aumentará el número de hospitales públicos capacitados para realizar abortos legales. “Hoy contamos con 65 hospitales habilitados por el Ministerio de Salud para realizar abortos legales, es decir los que la justicia autoriza. Y tenemos otros 30 hospitales que están siendo capacitados para que también puedan hacerlo”, anunció el ministro de Salud, Alexandre Padilha.
Hay que recordar, que faltando pocas semanas para las elecciones en las que fue elegida, ante la presión de algunos obispos y de los grupos pro-vida, la presidente Dilma Rousseff aseguró que no favorecería nuevas medidas a favor el aborto. Pocos creyeron en esa afirmación, ahora aparece más claro que esas declaraciones eran sólo por el afán de ganar votos.