La primera cumbre sindical del año tendrá como objetivo sumar esfuerzos en contra de Hugo Moyano.
Su organizador será el gastronómico Luis Barrionuevo, que prevé convocar para la última semana de enero a su clásico asado del verano, que según planea servirá para contar voluntades con vistas a la renovación de autoridades en la CGT en julio próximo.
Cerca del dirigente dijeron que de acuerdo con los primeros sondeos, en la actualidad los opositores a Moyano suman un millar de congresales, de los entre 1.200 y 1.300 que componen el congreso de la CGT.Barrionuevo analiza este año mudar su asado de Punta Mogotes -su habitual búnker veraniego- a Santa Clara del Mar, donde el gremio gastronómico (UTHGRA) cuenta con un camping para sus afiliados. Allí planea reunir a dirigentes adscriptos al sector de los «gordos» (grandes sindicatos de servicios que objetan la conducción del camionero) con otros que, si bien forman parte de la jefatura de la central obrera, esperan el armado de un frente sólido para darle la espalda a Moyano.
Tranviarios
Entre ellos figuran el jefe de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, que en los últimos años separó el gremio de Moyano y se diferenció en ese aspecto de su antecesor, el fallecido Juan Manuel Palacios, uno de los puntales sobre los que el líder de la CGT construyó su poder en los 90.
También dice Barrionuevo tener de su lado al líder del gremio de la Alimentación, Bernabé Morán. Pero el gastronómico asegura guardarse un par de cartas en la manga que, de acuerdo con su conteo, podrían volcar a su favor un congreso de la CGT: se trata del secretario general de los municipales porteños, Amadeo Genta, que en los últimos años estuvo del lado de Moyano.
En la denominada CGT Azul y Blanca, que capitanea Barrionuevo, creen que Genta acompañaría una eventual asonada contra el camionero. La decisión de Genta es vital para cualquier sector que pretenda imponer a un nuevo secretario general de la CGT por contar con un número importante de congresales.
En la misma línea los aliados del gastronómico se entusiasman con la idea de convencer a Sergio Palazzo, el dirigente que reemplazó a Juan José Zanola cuando el sindicalista cayó preso por la causa de la denominada «mafia de los medicamentos». Aunque Zanola recuperó su libertad antes de fin de año, Palazzo se abroqueló junto con los referentes del gremio en su Consejo Directivo y bloqueó cualquier intento de reasunción.
Un caso similar al de La Bancaria es el de la Unión Ferroviaria, que tiene a su jefe histórico, José Pedraza, encarcelado y acusado como presunto organizador del asedel activista Mariano Ferreyra. El gastronómico afirma haber iniciado contactos con la conducción residual del gremio para sumarla a su plan.
Barrionuevo también promete arrimar a su asado a por lo menos un líder de los «gordos». Da por hecho la concurrencia de Oscar Lescano, de Luz y Fuerza, portavoz central de las maniobras para desestabilizar a Moyano. Junto con Lescano espera la presencia de representantes del Sindicato de Comercio, que lidera Armando Cavalieri.
En cambio, descartará cualquier acercamiento con los «independientes» Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez y José Luis Lingieri, y con el metalúrgico Antonio Caló, por entender que actuarán bajo las órdenes de la Casa Rosada. Pero sí buscará seducir a Ricardo Pignanelli, jefe de los mecánicos de SMATA y cercano a los «gordos».
Lo llamativo del armado es que cerca de Barrionuevo le asignan un papel protagónico a Ricardo Cirielli, jefe del sindicato de los técnicos aeronáuticos (APTA) y uno de los que acompañaron a Moyano en el palco del estadio de Huracán, en el acto del 15 de diciembre último.
Para explicar este supuesto doble rol, los estrategas del gastronómico dicen que Cirielli fue el artífice del concepto «unidad en la acción» que Moyano sostendrá hasta julio próximo y bajo cuyo paraguas juntará a dirigentes de toda extracción, desde el estatal Pablo Micheli, de ATE, hasta Gerónimo Venegas, jefe de los peones rurales (UATRE). Pero que esa concordia tendrá fecha de defunción a la hora de la renovación de autoridades en la CGT, a mitad de año.
Mientras tanto, Barrionuevo dará a conocer en el encuentro una ristra de demandas al Gobierno similar a la de Moyano: distribución de fondos para las obras sociales, reducción del Impuesto a las Ganancias y -la más molesta para el Ejecutivo- un piso del 30% para los aumentos salariales de este año.
