El Golden Boy que quedó mudo. Kicillof, antes y después de La Cámpora: La falta de un modelo alternativo.
Las "fallas" del modelo que el flamante secretario de Política Económica, Axel Kicillof, observaba desde su Centro de Estudios para el Desarrollo Argentina (CENDA) alcanzaban la urgente necesidad de un "proyecto alternativo". ¿Qué ocurrió en el medio? Los contactos con La Cámpora, después del INdEC y el peligro por "la falta de capacidad de maniobra" en épocas de crisis, trajeron el silencio. Muchos se habrán preguntado si con la designación de Axel Kicillof como secretario de Política Económica (una especie de viceministro que acompañará a Hernán Lorenzino), el Gobierno de Cristina Fernández se ha decidido finalmente a avanzar en una reforma del INdEC.
Es que el joven economista no sólo llega sino que además trae al ministerio, varios compañeros de su Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA), la usina que fundó junto a otros economistas de izquierda, muy críticos del INdEC, con el objetivo central de realizar investigaciones en base a estadísticas confiales.
La mayor certeza ronda en torno a que, finalmente, cambiará sus críticas al instituto por una férra defensa de los números oficiales. En efecto, fue primero la designación de Kicillof como subgerente de Finanzas en Aerolíneas Argentinas lo que frenó sus estudios e incluso se levantaron de la página web de ese centro, las críticas a los números oficiales.
"La inocultable falta de confiabilidad del índice de precios al consumidor (IPC) calculado por el INdEC ha privado a la sociedad de una herramienta fundamental para conocer la verdadera situación económica del país", decía un informe del CENDA antes de la designación de Kicillof en la línea de bandera.
Cuando Mariano Recalde asumió la presidencia de Aerolíneas llevó a su amigo Kicillof como subgerente de Finanzas. Se conocen desde el secundario cuando cursaban juntos en el Nacional Buenos Aires, pero fueron los contactos con La Cámpora, la agrupación juvenil ultrakirchnerista, los que lo llevaron a desembarcar en 2009 como nro. 2 de la aerolínea.
Ese 2009, que marcaba una fuerte derrota del kirchnerismo en las elecciones legislativas celebradas en el mes de junio, dejaron también la huella crítica del economista en el entonces diario 'Crítica de la Argentina', que en una nota intentaba develar "la economía que se viene".
Se escribía allí con la mano, lo que Kicillof borrará también con el codo. El fragmento es imperdible:
Indudablemente, desde 2007 comenzaron a observarse claras señales de desgaste en el esquema económico. Una de sus manifestaciones más claras fue la irrupción de un marcado proceso inflacionario, asociado al elevadísimo crecimiento del producto que se mantuvo durante cinco años consecutivos. En ese marco, empezaron a producirse fuertes choques de los diversos sectores que inicialmente habían apoyado el nuevo esquema, entre sí y con el Gobierno. En vista de estas dificultades y de la dinámica de la crisis mundial en curso, resulta claro que es necesario introducir fuertes cambios, que aún no han llegado. Se van delineando, pues, algunas salidas que han sido propuestas por los diversos sectores: la Unión Industrial Argentina, por caso, reclamó una devaluación que le devuelva mayor competitividad. De manera que en el período que sigue a estas elecciones deberán definirse nuevamente, con urgencia, las líneas económicas principales. Desde este punto de vista, lo que resulta claro es que con devaluar simplemente no alcanza, pues la situación actual difiere diametralmente de la de 2002. La política cambiaria, para que siga generando empleo, debería ir acompañada de un programa integral de desarrollo que incluya un conjunto mucho más amplio de medidas. Ante esta posiblidad se alzan ya voces que se oponen a la intervención del Estado. El gran problema que plantea esta elección es que el Gobierno parece perder fuerza y al mismo tiempo no se consolida un proyecto alternativo claro en la esfera económica. En épocas de crisis, la falta de capacidad de maniobra es un verdadero de peligro.
Al economista o nuevo golden boy del kirchnerismo se le aventuraba desde temprano un destino ministerial, y ni sus críticas al INdEC, menos aún al modelo, y ni siquiera su débil defensa que hizo de la Ley de Medios, pusieron en alerta a la Casa Rosada, nada apegada a los "libre pensadores".
Es que Axel Kicillof tiene todo para triunfar en el universo kirchnerista: Joven, lindo, y con el ADN que trazó Cristina para tipificar el perfil de dirigente para "renovar" su gestión en el segundo mandato.
¿Habrá entonces una reforma o "la experiencia" indica a Kicillof silenciar una vez más...?
