HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

lunes, 24 de octubre de 2011

UNA SOMBRA SOBRE LA VICTORIA


Los festejos del cristinismo por el extraordinario resultado de ayer tienen sus sombras. La más importante es que Daniel Scioli conseguía ayer para su reelección el 56%, 2,5 puntos más que el 53,40 que estaba obteniendo CFK. 

Esta diferencia, pequeña en sí misma, es más que suficiente como para que se eche a correr automáticamente en el peronismo la candidatura “natural” de Scioli para el 2015. Se trata de un escenario particularmente incómodo para el cristinismo, no sólo porque la presidente hoy por hoy no puede ser reelecta, sino porque, a partir de ahora, los embates que desde Olivos se organicen contra Scioli tal vez sólo consigan lo que Néstor Kirchner cuando lo amonestara públicamente el año pasado: hacerlo crecer en la opinión pública. No es un secreto que en la Casa Rosada necesitaban que el gobernador caminara un paso atrás de la presidente. Ahora, a la instalación de Scioli como presidenciable se le suma que Sergio Massa apabulló a sus rivales en Tigre, sumando el 72%, e impuso a los nuevos intendentes de San Martín y San Fernando, Gabriel Katopodis y Luis Andreotti. De este modo, se perfila nuevamente la perspectiva de una alianza Scioli-Massa, potencialmente nefasta para la Casa Rosada. Es probable que algunos votantes duhaldistas y hasta de Rodríguez Saá hayan optado por cortar boleta a favor del ex motonauta. La segunda fuente de recaudación de votos para CFK, Martín Sabbatella, aportó con su adhesión de boleta el 6,4%, es decir, casi lo mismo que el 14 de agosto, cuando llegó al 5,7%. En los códigos del peronismo bonaerense, el resultado obtenido por el gobernador haría que inmediatamente los dispersos peronistas disidentes marchen hacia La Plata para integrarse a las filas sciolistas. 

El 19,35% obtenido por la lista de diputados del PRO en la Capital es otra buena noticia para el ex motonauta, porque en alguna medida debilita la candidatura presidencial de Mauricio Macri. Por más que el macrismo resalte que se trató del mayor corte de boleta en la ciudad, la realidad es que quedó muy lejos del 47% que obtuviera el 10 de julio pasado en la primera vuelta porteña. Su consuelo es, obviamente, el triunfo de Jorge Macri en Vicente López.

Reacciones previsibles

La amenaza implícita de un súper Scioli bien podría desatar la reacción más obvia del cristinismo. Esto es, instalar inmediatamente el escenario para la reforma constitucional con la reelección indefinida o por un período más. De este modo, no sólo se intentaría frenar que todo el peronismo no K confluya hacia Scioli sino que también se buscaría clausurar la lucha interna en el oficialismo. El problema es que el síndrome de Scioli aparece en medio de un creciente tembladeral económico marcado por la imparable presión alcista del dólar.

En términos simplificados, una presidente a la cual las circunstancias obliguen en los próximos meses a firmar un plan de ajuste entraría en un declive difícil de revertir. Esto, a su vez, complicaría el plan de la reforma constitucional, porque los convencionales deben ser electos por el voto popular. Por lo que trascendió en los últimos días, CFK sería consciente de que la devaluación, con sus consecuencias sobre los salarios y el consumo, podría mellar el inmenso capital político que acaba de recaudar.

El peronismo podría entonces empezar a visualizar a Scioli como el muleto a utilizar para el caso de que las distorsiones del modelo y la crisis de Brasil terminen por llevarse puesto buena parte del 53% conseguido ayer por Cristina.

A todo esto, otro que festejó ayer por su segundo puesto, Hermes Binner, tiene también un motivo serio para preocuparse. En su provincia, Santa Fe, el FpV alcanzó el 41,7%, superando al Frente Amplio Progresista por 2 puntos. Un mal augurio para las próximas elecciones provinciales.

En la lista de dirigentes en problemas está Francisco de Narváez, que se ubicó en el mismo número que en las primarias, el 17%, poniendo en evidencia que su estrategia de acercamiento a Alberto Rodríguez Saá no le rindió los frutos esperados.

En cuanto al gobernador puntano, su giro hacia una postura más complaciente con el kirchnerismo no le permitió sumar votos y quedó prácticamente con los mismos votos que en las primarias.

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