HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

miércoles, 17 de agosto de 2011

INMINENTE TEMBLADERAL ELECTORAL

De Narváez rompería con Alfonsín para apoyar a Duhalde


Ayer Francisco de Narváez y Eduardo Duhalde pusieron en marcha una operación contra reloj para dar vuelta el escenario electoral y polarizar el voto opositor el 23 de octubre. La nueva estrategia tiene dos pasos: la ruptura de De Narváez con Ricardo Alfonsín y su adhesión a la candidatura de Duhalde. Esto se dice fácil, pero se trata de un camino sembrado de obstáculos jurídicos que el gobierno haría valer ante el riesgo de que CFK ingrese nuevamente en zona de segunda vuelta. Ayer, los apoderados de Duhalde y De Narváez estaban buscando el camino a seguir. El Decreto 443/2011, en su artículo 15, establece que “en el acta de conformación de las alianzas pueden establecerse acuerdos de adhesiones de boletas de diferentes categorías para las elecciones generales, con otras agrupaciones políticas no integrantes de la alianza, siempre que las listas a adherir resulten ganadores en sus respectivas elecciones primarias”. En otras palabras, que ahora no pueden hacerse nuevas adhesiones de boleta. Pero la ley de primarias bonaerense 14.086 nada dice al respecto. Es decir que la UDESO bonaerense podría patear entonces el tablero y presentarse a la justicia pidiendo la adhesión de sus boletas a la de Duhalde-Das Neves, del Frente Popular. Para esto, De Narváez haría valer que, sobre tres partidos que integran la UDESO bonaerense, dos le responden, el Federal y el Celeste y Blanco, dejando a la UCR en minoría. La maniobra sería acompañada, obviamente, por la ruptura a nivel nacional, que produciría nada menos que la caída de la candidatura de Alfonsín. Es que, estando la UDESO compuesta por tres partidos, si los dos de De Narváez se retiran, no habría más alianza ni tampoco fórmula Alfonsín-González Fraga. Si esto se consumara, también se caerían las listas de la UDESO para diputados y senadores nacionales, un precio que debería pagar De Narváez, porque tanto Graciela Ocaña como Pepe Scioli perderían sus candidaturas. Obviamente, es previsible que la Junta Electoral de Buenos Aires y el Frente para la Victoria se opongan tenazmente a esta operación, en el caso de que la misma se concrete. En este cuadro legal y siendo las primarias inéditas, hay muchas zonas grises y es probable que se desate una batalla jurídica y política de consecuencias imprevisibles.
La polarización como objetivo

De más está decir que la ruptura y el vaciamiento de la UDESO por parte de De Narváez generaría un tembladeral en la UCR, que no sólo se quedaría sin fórmula presidencial sino también sin listas de diputados nacionales y senadores nacionales. La tirantez entre Alfonsín y De Narváez aumentó rápidamente desde el domingo a la noche. El empresario obtuvo el 10% más de votos que el radical, lo que habla de un corte de boleta a su favor de sectores peronistas que habrían sufragado por Duhalde para presidente. Este hecho fue la base para la rápida recomposición de relaciones entre De Narváez y Duhalde. Ahora, si la nueva alianza prospera, el 23 de octubre podría convertirse en una interna peronista, ya que, sumando la candidatura de Alberto Rodríguez Saá, tres de las cuatro fórmulas presidenciales con un alto porcentual de votos serían peronistas, quedando sólo Hermes Binner como exponente del no peronismo.

Un cuadro de estas características sería riesgoso para Cristina, si su nuevo techo de votos baja del 45%. Entonces reaparecería la chance de un ballotage en el caso de que Duhalde y De Narváez trepen hasta el 30% lo que, en principio, no sería para nada imposible.

La clave de la recomposición opositora pasaría justamente por instalar en la sociedad la idea de que el ballotage es posible. Y también sería importante el efecto que el pacto Duhalde-De Narváez podría tener en el electorado del PRO, gravitante en Capital Federal, Buenos Aires y Santa Fe. Ante una nueva coalición con chances de llegar a la segunda vuelta, Mauricio Macri se encontraría en una difícil situación. Su actual neutralidad, que favorece al gobierno, lo podría dejar mal parado si sus seguidores se movilizan masivamente para votar por Duhalde.

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