HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

martes, 16 de agosto de 2011

Cristina Kirchner, Altamira y Alfonsín
LO QUE DEJAN LAS ELECCIONES PRIMARIAS

El Voto-Lástima, el fenómeno de esta elección

El 70 por ciento de los votantes en estas primarias optó por fórmulas presidenciales que apelaron a la empatía o comenzaron sus campañas apelando al recuerdo de tragedias personales. Cristina y el luto por Néstor, Alfonsín y el parecido con su desaparecido padre y el ‘milagro’ para Altamira ¿El fin de las ideas políticas?

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- El 70 por ciento de la gente que votó en las internas abiertas obligatorias y simultáneas de este domingo 14/08 lo hizo por candidatos presidenciales que en distintos momentos de su campaña apelaron a la empatía de los votantes en ocasión de dramas o vicisitudes particulares.

Cristina Fernández es el caso más emblemático de este uso de las emociones de la gente. Vio como la pérdida de su esposo elevó su imagen positiva ante la población, imagen que venía de porcentajes muy bajos en relación al momento de asumir la primera magistratura.

La campaña de Cristina se hizo manteniendo el luto en su atuendo desde el fallecimiento de su “compañero” e incluso su publicista Braga Menéndez se apropió de las voces de aliento que repitieron los asistentes al velorio de Néstor Kirchner, replicando el “Fuerza Cristina” en los spots.

A eso contribuyó la Presidenta desde sus ventajas como Jefa del Estado con múltiples menciones a su esposo en cada acto oficial y cadena nacional que tuvo a la mano. También la publicidad de campaña del Frente para la Victoria resaltó el recuerdo de Néstor Kirchner.

La gente comprendió el drama personal de la muerte de un ser querido, porque el dolor es común al ciudadano de a pie como al poderoso. Por eso acompañaron a la Presidente de la Nación en el momento de la congoja.

Indudablemente el desempeño electoral de Cristina Fernández en estas internas abiertas no se puede atribuir enteramente al efecto del luto, otras variantes provienen de aspectos económicos de la gestión y de una oposición atomizada que contribuyeron al abultado caudal de votos.

Pero es un hecho que desde la muerte de Néstor Kirchner la Presidente de la Nación tuvo una mejora notable en sus niveles de aceptación popular que no registraba antes del deceso y con esa nueva ponderación social recién se encaminó a la reelección.

Los Alfonsin

El caso de Ricardo Alfonsín, con el 12,2% de los votos del domingo, va en el mismo sentido de Cristina.

También comenzó su carrera al sillón de Rivadavia a raíz de una muerte; la de su padre. Pero a esa pérdida se sumó la revalorización de la presidencia de Alfonsín padre.

El parecido físico remarcó la idea de la continuidad de un proyecto que en los albores de la recuperada democracia generó entusiasmo por un nuevo inicio.
En busca de una proyección de los valores que representó su padre a partir de su muerte, el radicalismo encontró a un candidato presidencial con un nombre instalado y reconocido para la gente y un parecido indisimulable que explotaron durante la campaña.

El Milagro de Altamira

El último que apeló al voto-lástima en estas elecciones primarias –casi como estrategia única- fue la izquierda de Jorge Altamira.

El eje de su campaña fue el “silenciamiento” y la posible exclusión en las elecciones generales ante la barrera del piso de votos para competir en octubre.


Era el partido chico que siempre compitió y que podía quedar discriminado por su falta de recursos y de estructuras, así se veía.

Fue una campaña elogiada hasta por los otros competidores de esta elección. La Izquierda apeló al votante para poder competir en las generales en vez centrarse en las denuncias de medidas prohibitivas para las pequeñas agrupaciones, que surgen de la reforma política que impulsó el kirchnerismo.

La campaña y la apelación de la izquierda fue tan exitosa que en las redes sociales se popularizó la frase “Un Milagro para Altamira”, un chiste que terminó multiplicando el mensaje.

Cabe preguntarse si la utilización del rol emotivo en la política ¿está reemplazando a las plataformas políticas y los proyectos? ¿dónde queda la ideología o los ideales que representan los partidos políticos? ¿o cuándo las clásicas herramientas de convencimiento de la política ya son obsoletas solo queda apelar a las emociones de los votantes?

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