EL GOBIERNO ACUSÓ A PABLO MICHELI DE ORDENAR PROTESTAS SINDICALES CON FINES POLÍTICOS.
Vinculan al dirigente sindical con Pino Solanas
El Gobierno acusó a los sindicalistas enrolados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de realizar protestas y huelgas con motivaciones políticas. Según sugirió el ministro del Interior, Florencio Randazzo, las marchas, bloqueos y paros que encabeza el sector de ATE que responde al dirigente opositor Pablo Micheli tiene anclaje en pelea electoral porteña.
"Estamos frente a una medida irracional e injustificada porque no hubo un solo despido de empleados de Migraciones que cumplen tareas en el Aeropuerto de Ezeiza", dijo Randazzo a la prensa desde Misiones, adonde inauguró el Centro de Emisión de la Licencia Nacional de Conducir, junto al gobernador, Maurice Closs.
Randazzo consideró que la protestas que realizaron los trabajadores del área de Migraciones del aeropuerto internacional de Ezeiza sobre la autopista Ricchieri "es una medida política del sector que responde a Pablo Micheli, quien está alineado con la candidatura de Pino Solanas en Capital Federal".
El titular de la cartera política explicó que "luego de que la semana pasada abandonaran sus puestos de trabajo de manera sorpresiva, afectando un servicio público esencial como es el ingreso y egreso de personas a nuestro país, se decidió trasladar a 64 inspectores que fueron reasignados en otras funciones", pero subrayó que "en ningún caso existieron despidos".
El funcionario señaló que los delegados de ATE "están en todo su derecho de apoyar al candidato que quieran", pero deberían hacerlo "sin poner de rehenes a los ciudadanos con una medida de fuerza que no tiene ningún justificativo".
Los manifestantes nucleados en ATE cortaron parcialmente la autopista Richieri, a pocos metros del ingreso al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. La protesta dificultó el ingreso a la terminal aérea, y generó demoras en el tránsito.
Al mismo tiempo, trabajadores y profesionales del Hospital Borda se concentraron frente a la sede del Gobierno porteño en reclamo de la falta de gas hace más de un mes por ese establecimiento. A la marcha de ATE, también se sumaron internos y exapacientes del hospital. "Nos estamos muriendo de frío, no pedimos más que las cosas básicas, gas y agua caliente", afirmó Cristian, paciente externado del Borda.
Rodolfo Arrechea, secretario general de ATE, denunció que el Gobierno de la Ciudad "está aplicando un modelo de vaciamiento, de achicamiento de camas y transferencia de pacientes" y que "en los últimos cuatro años el presupuesto destinado a la salud bajó drásticamente".
En la manifestación estuvieron presente profesionales y representantes de los gremios ligados a la salud pública, además de integrantes de la radio La Colifata y personal no profesional de los distintos hospitales porteños.
En tanto, un paro de actividades de los empleados del Registro Automotor mantienen bloqueado el ingreso al país de 35.000 vehículos y provoca demoras en la exportación de otras 30.000 unidades. La protesta, que comenzó con huelgas los martes, miércoles y jueves desde hace casi un mes, es en reclamo de mejoras salariales y también es liderada por el gremio ATE de Micheli.
"Hace más de un año y medio que pedimos una mesa de negociación y no hay respuesta. Pedimos un plus de 1.500 pesos de emergencia y un incremento salarial del 40 por ciento, teniendo en cuenta que los sueldos van desde los 2.500 pesos", señaló la delagada sindical Isabel Vieyra de Abreu.
Según indicó la secretaria general de la rama judicial de ATE., el ministro de Justicia, Julio Alak, responsable del área, se comunicó para buscar una salida al conflicto, pero con los dirigentes sindicales resolvieron que la medida se mantendrá hasta no "recibir una propuesta concreta" de aumento salarial. Al cierre de esta edición la protesta se levantó.
Por el paro, los autos no recibieron la verificación en el Registro Automotor, la cual permite iniciar los trámites para patentar la unidad y sacarla al mercado. Unos 35.000 automóviles procedentes del exterior, gran parte de ellos fabricados en Brasil, permanecieron retenidos en el puerto de Zárate-Campana. Al menos 30.000 vehículos esperaban para ser exportados por las multinacionales.
Fuente: Ámbito Financiero