LA PREOCUPACIÓN DEL PERONISMO Y EL RESPIRO DE MOYANO
Fernando Gonzalez de El Cronista
Si la hubiera planificado y ejecutado él la maniobra no le podría haber salido mejor. Hugo Moyano resultó el gran ganador del arrebato judicial con el que se llevaron detenido a Gerardo Momo Venegas el jueves pasado, aún antes de que mediara siquiera un pedido de declaración indagatoria en la causa de los remedios adulterados o en la de la sospechosa distribución de los fondos de salud para las obras sociales, la verdadera preocupación del sindicalismo peronista. El otro gran beneficiado es Eduardo Duhalde, oxigenado con una ráfaga de aire político que no tenía desde hacía tiempo. La precipitación del siempre polémico Norberto Oyarbide para involucrar a Venegas con los remedios truchos terminó dejando descolocado al kirchnerismo el mismo jueves en el que se disponía a celebrar y usufructuar la detención de un aliado duhaldista. Un verdadero tiro por la culata.
Desde el sábado, Duhalde está haciendo un esfuerzo titánico por despegarse de Moyano. El ex presidente está enojado con el jefe de la CGT y no quiere que este episodio, con el que pretende recuperar espacio dentro del peronismo, termine siendo aprovechado por el camionero. El jueves, mientras Venegas pasaba sus primeras horas en la alcaidía judicial en la que fue alojado, Duhalde y Moyano mantuvieron una áspera conversación telefónica. El diálogo, reconocido por fuentes del duhaldismo y del sindicalismo, llenó de preocupación a la Casa Rosada que temió una reacción demasiado explosiva dentro del peronismo al que hoy tiene más o menos alineado. Un día después, la propia Presidenta y su círculo de consejeros de estos tiempos que encabeza el secretario legal, Carlos Zaninni, acordaron bajarle el tono al conflicto y aceptar que Venegas fuera excarcelado para que su situación funcione como una advertencia para los sectores más duros de la oposición.
El cálculo del kirchnerismo resultó errado por la víctima elegida y la situación de creciente ebullición en la que comienza a deslizarse el peronismo. Momo Venegas es un sindicalista con pocos enemigos en el universo gremial y su oposición al Gobierno, plasmada durante el enfrentamiento kirchnerista con el campo en 2008, no había sido obstáculo para que mantuviera buenos canales de diálogo con el moyanismo. Fue el propio Moyano, hace dos meses en la cancha de Independiente, el que le avisó que iban a allanar su gremio de peones rurales. Temeroso de su propio futuro, el camionero acudió el jueves a Duhalde en busca de tiempo para encontrarle una salida a la encerrona que podía significar la detención de Venegas. Moyano se había encontrado en la CGT con una opinión mayoritaria (a excepción del kirchnerista Julio Piumato) que rechazaba la medida del juez Oyarbide.
Es que el sindicalismo peronista, como los intendentes del Gran Buenos Aires (que apoyan a Cristina pero que antes apoyaron a Duhalde y a Carlos Menem), gobernadores y legisladores justicialistas, hicieron saber durante el fin de semana que la detención de Venegas había rebasado un límite. Desconfían de esta etapa final y encapsulada del kirchnerismo en la que deben definir si acompañan o no el proyecto de reelección que la Presidenta evalúa.
Sobre estas marchas y contramarchas del kirchnerismo se encaramó Moyano, asegurándose –al menos por un tiempo– que las investigaciones judiciales que lo tenían en la mira se tomen un respiro antes de seguir hurgando en las cuentas de su sindicato y en las de su robusto patrimonio personal.
FUENTE: EL CRONISTA