SIN REMEDIO, POR AHORA:
MOYANO LEVANTÓ EL PLENARIO DE LA ENTIDAD QUE IBA A FIJAR POSICIÓN SOBRE EL ACUERDO TRIPARTITO
Desafiante: congela apoyo de la CGT al diálogo social.
Los gestos del camionero muestran el creciente malestar sindical por la ofensiva judicial contra las obras sociales. De Vido y Tomada mantienen la fe en el diálogo.
Hugo Moyano ofreció ayer el primer gesto concreto de que va en serio su advertencia de restarle apoyo al diálogo social si sigue la ofensiva judicial contra las obras sociales sindicales: imprevistamente el camionero ordenó levantar el plenario que iba a mantener hoy el consejo directivo de la CGT para definir la postura de la principal entidad sindical de cara a la convocatoria de la presidenta Cristina Fernández a negociar un pacto tripartito de precios y salarios. Formalmente desde la cúpula cegetista informaron que la suspensión “sin fecha” de la reunión prevista para hoy fue resuelta a la espera de definiciones de parte del Gobierno sobre los propósitos del diálogo.
Sin embargo, importantes referentes sindicales vincularon directamente la decisión a la postura de Moyano de no comprometerse con el acuerdo social sin una garantía oficial previa de que se frenarán las causas judiciales contra gremialistas, tal como El Cronista adelantó ayer. “Necesitamos algunos gestos que no se están dando. La mejor estrategia ahora es esperar”, indicó un dirigente cercano al camionero en referencia al levantamiento de la reunión de la central.
Durante el fin de semana, Moyano y otros gremialistas ya habían utilizado su preocupación por la suba de precios y el temor a un eventual espiral inflacionario como argumento para expresar sus reparos a la posibilidad de avanzar en un acuerdo con el Gobierno y sectores empresarios. El reconocimiento sindical de su temor por un “descontrol” en los precios llegó después de un encuentro privado que el jefe de la CGT mantuvo con varios dirigentes el viernes en Mar del Plata, donde advirtió que la central no participará del diálogo mientras persista la ofensiva judicial que tiene a medio centenar de obras sociales, entre ellas la de Camioneros, en el centro de la tormenta.
No obstante dentro de propia central obrera, algunos sectores sindicales tomaron cierta distancia de la amenaza moyanista y advirtieron que, por más que persista el acoso judicial, tarde o temprano los gremios se sentarán a la mesa del diálogo. “Puede haber mucho malestar pero lo cierto es que hoy por hoy la CGT no tiene otro destino por fuera de este proyecto político”, apuntó un dirigente que no integra el grupo de fieles de Moyano. El gremialista opinó que la alternativa de convenir un esquema de precios y salarios en 2011 es “positiva” para la central obrera porque da garantías de previsibilidad que despejarían los temores sobre la inflación y se mostró convencido de que el Gobierno ofrecerá “otros gestos” a los gremios para sentarlos a la negociación, entre los que mencionó la rebaja del impuesto a las ganancias, la universalización de las asignaciones familiares y la discusión por la distribución de utilidades empresarias entre los trabajadores.
Entre los gremios suponen que en los próximos días el Gobierno avanzará en definir la fecha del arranque formal del diálogo. Esos preparativos son encabezados por el ministro de Planificación, Julio De Vido, quien hegemoniza la relación oficial con sindicalistas y empresarios, a los que se sumó su par de Trabajo, Carlos Tomada.
También entre los principales sectores empresarios esperan un llamado de De Vido, aunque advierten que la demora del Gobierno en lanzar la convocatoria complicará la pretensión de la Casa Rosada de anunciar las definiciones centrales del acuerdo tripartito antes de que culmine el año.
FUENTE: EL CRONISTA COMERCIAL