REENCUADRAMIENTO. 

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FUNCIONAL A LOS REQUERIMIENTOS 

DE LOS PODERES FINANCIEROS.

El Día de la Independencia / Fuerte discusión en medio de los festejos. Crece la tensión por el matrimonio gay.

La Presidenta apoyó el proyecto durante el acto en Tucumán, mientras en las homilías se reprodujeron duras críticas al Gobierno

SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- El gobierno nacional y la Iglesia se enfrentaron ayer en otra batalla de inusitada tensión, esta vez por la legalización del matrimonio homosexual. El nuevo capítulo tiñó los festejos del 194° aniversario de la Declaración de la Independencia, que Cristina Kirchner encabezó en esta ciudad.

La Presidenta, que no asistió al tedeum que ofició el arzobispo Luis Villalba, apoyó aquí por primera vez en público el proyecto que se debate en el Senado para autorizar los casamientos entre personas del mismo sexo: "Hemos restituido derechos que habían sido cercenados y tengo el orgullo de decir que, mientras esta fuerza política fue mayoría en el Parlamento, jamás se le cercenó o se le negó un trato igualitario a ningún ciudadano, y mucho menos a las minorías".

Añadió que la sociedad "entraría en una etapa fea si las mayorías niegan derechos a las minorías".

Fue una clara respuesta al mensaje que había dado Villalba minutos antes, en la misa en la catedral tucumana. El prelado había sostenido que el proyecto de ley "pretende orientar la cultura del pueblo" (ver aparte).

Los dichos de Cristina Kirchner parecieron también estar destinados a los senadores: varios de los integrantes del oficialismo han puesto en duda su apoyo a la iniciativa que impulsa el Gobierno y cuya aprobación es aún incierta. "Todos tenemos la responsabilidad de hacer una sociedad más igualitaria y para que las mayorías y las minorías tengan los mismos derechos", señaló la Presidenta, que aprovechó el Día de la Independencia para defender el modelo económico del kirchnerismo.

"La independencia no es solamente para liberarse del yugo colonial. También tiene que servir para dar mayor igualdad", sostuvo.

Cristina Kirchner llegó a Tucumán pasado el mediodía junto con casi todo su gabinete. El único ausente con aviso fue el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. También estuvo al lado de ella todo el tiempo el ex presidente Néstor Kirchner, presentado en los actos oficiales como secretario general de la Unasur. Había sido él quien inició un día antes la ofensiva oficialista contra el cardenal Jorge Bergoglio por la férrea oposición de la Iglesia Católica al proyecto de matrimonio gay (que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados).

Luego de homenajear a los próceres de 1816 en la Casa Histórica, la Presidenta almorzó en un hotel frente al parque 9 de Julio, donde se montó el escenario para que diera su discurso al país (que se transmitió por cadena nacional).

En un día soleado -bastante atípico para esta época en Tucumán-, Cristina Kirchner comparó la independencia política de 1816 con la económica. Aprovechó ese momento para recalcar los logros de su gestión: enumeró la estatización de las AFJP, el pago de la deuda "defaulteada" con una "quita histórica". Hasta mencionó el acuerdo para elevar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, anunciado anteayer.

FUENTE: LA NACIÓN