KIRCHNER REAPARECIÓ EN LA PLATA Y PRONOSTICÓ NUEVAS BATALLAS.
El ex presidente encabezó un acto en el club Atenas de la capital provincial, en su primera aparición pública tras su operación de carótida. Cargó duro contra la oposición y vaticinó que en 2011 ganará el candidato kirchnerista. Con su presencia desafió los actos de rebeldía del intendente local, Pablo Bruera. Clarín fue otra vez un blanco predilecto de sus críticas.
Néstor Kirchner volvió al ruedo esta noche en el club Atenas de La Plata, en un acto organizado por el kichnerismo local en el que aseguró que peleará “nuevas batallas” y cargó duro contra la oposición y el Grupo Clarín. Ante miles de militantes, que según los organizadores alcanzaron los 15 mil contando a la gente que se quedó afuera –el estadio tiene lugar para unas 4 mil personas-, el ex presidente hizo su primera aparición pública tras su operación de carótida. Lo acompañaron el ministro de Justicia Julio Alak, el líder de la CGT Hugo Moyano, el gobernador Daniel Scioli, el vicegobernador Alberto Balestrini y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. “Queridos amigos y amigas, estoy acá como siempre para todas las batallas que vienen”, comenzó Kirchner, tras un corto discurso del gobernador de la provincia de Buenos Aires. Tras enumerar una serie de logros de su gestión y la de su esposa, apuntó contra la oposición, a la que calificó como una “máquina que quiere impedir que Cristina gobierne”. Después cuestionó el intento de la oposición para controlar las comisiones en el Senado y acusó a los senadores opositores de “alcahuetes del monopolio”. Clarín volvió a ser el centro de sus críticas. Dijo que el multimedio tiene “intolerancia a vivir en democracia” y pidió que tanto el CEO (Héctor Magnetto) como la dueña (Ernestina Herrera de Noble) se hagan un análisis de ADN. Mauricio Macri fue otro blanco del diputado nacional: “Si dijo que en dos años y medio de gestión no pudo hacer nada, ¿cuánto va a necesitar si es presidente, veinte?”, ironizó. Por último, se refirió por primera vez a su posible candidatura a presidente para el año que viene. “No es momento de hablar de candidaturas, pero el que sea (por parte del kichnerismo) va a ganar; ellos saben que no les alcanza con las encuestas truchas”, disparó Kirchner a la oposición.
El que no salta es un traidor
Como sea, el acto sirvió como excusa para embestir contra el intendente local, Pablo Bruera, que días atrás oficializó que lanzará una corriente para ir por fuera del kirchnerismo a una interna justicialista en la provincia. “El que no salta es un traidor”, coreaban los militantes y hasta se pudo ver a algunos funcionarios sumarse al cántico. El propio Scioli en su discurso sorprendió al decir que no sirven las “ráfagas de individualidades”, en clara alusión hacia Bruera, con quien mantenía una buena relación hasta hace menos de un mes. Y como contracara, a Alak se lo vio muy comprometido con la organización del evento, tanto, que incluso mientras Kirchner desarrollaba su discurso se lo podía ver al ministro de Justicia de la Nación dar indicaciones y hacer gestos a los encargados de que todo saliera bien para demostrarle a Bruera que todavía sigue vivo en la política local. De todos modos, si bien se podían ver pancartas y volantes que rezaban el trinomio “Kirchner-Scioli-Alak”, lo mismo sucedió con el viceministro de Desarrollo Social, Carlos Castagneto y el senador provincial Guido Carlotto. Incluso calle 13 estuvo revestida de panfletos que vivaban la figura de otro platense, el Secretario de Medio Ambiente de la Nación, Homero Bibiloni. Esta multiplicidad de pre-candidaturas no augura otra cosa que un futuro cargado de rosca política en el kirchnerismo platense para saber quién va a ser el candidato que le dispute en una interna justicialista el municipio a Bruera. Por otra parte, otro de los más cuestionados por el kirchnerismo en las últimas semanas es Raúl Pérez, el presidente del bloque de diputados del oficialismo en la Cámara baja bonaerense, por encabezar una reunión en enero en la que se criticó a Kirchner y a Scioli. Pero a diferencia de Bruera, Pérez se hizo presente en el acto para evitar suspicacias y estuvo sentado en la tercera fila, a unos diez metros del escenario en el que estaban sentadas figuras de menor rango que él, pero menos acechadas por el kirchnerismo.
FUENTE: lapoliticaonline