El inocente juego del Martín Pescador parece haber sido instalado en nuestra sociedad en una versión poco infantil y perversa. Tampoco la pavada porque será una porción de esa sociedad y en todo caso en detrimento de los acuciantes problemas existenciales de una inmensa mayoría de argentinos que sufren todo tipo de postergaciones. ¿Qué te gusta? ¿Clarín o Kirchner? También se podría preguntar, ¿el fuego o la sartén? Aunque no todo es loco y absurdo. En los próximos meses se van a apreciar tensiones frecuentes de este tipo, muchas de ellas focalizadas en el Congreso Nacional. Pero no todas. Como por ejemplo el fenomenal apriete a las obras sociales en temas viejos y conocidos, ahora convenientemente reflotados por el gobierno de Néstor y Cristina. En realidad es un encuadramiento un tanto extorsivo y corrupto a sectores del gremialismo oficial mediante la dudosa justicia argentina. Esas medidas suelen tener vuelto. A pesar que parezca lo contrario, la situación de Kirchner es sumamente comprometida. No especialmente por la ley de medios, escenario elegido por él mismo para tensionar la política argentina y tratar de asegurar masa crítica de adhesiones que le permitan continuar políticamente y haciendo negocios. El se ha planteado, no ser un enemigo de Clarín y otros, sino simplemente su más serio y despechado competidor. Todo es redireccionado bajo un sesgo ideológico y falaz de un progresismo épico, del cual pronto muchos sectores subidos a ese caballo no van a saber como bajarse del mismo. Quizás para hacerlo tengan que apelar al mismo recurso que utilizaron para enancarse: la ideología. Eso si, en la próxima vuelta necesariamente de signo contrario. Se predice que la suerte de este gobierno y su continuidad está echada, o lo estará en los próximos y febriles seis meses. La situación de la Argentina es de tal gravedad en toda la línea, que se hace imposible mirar el horizonte futuro como no ser desde una propuesta de unidad nacional a través de un nuevo pronunciamiento popular. Con imaginación hasta nos atrevemos a pensar, que siendo menester la renuncia a lo menor para servir a lo mayor, dirigentes y candidatos como Elisa Carrió y Carlos Reutemann deberían repensarse, considerarse y verse en un pacto nacional patriótico para la emergencia.
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
viernes, 25 de septiembre de 2009
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