QUEMÁ ESAS CARTAS

Kirchner ha hecho irrupción en una suerte de asamblea en una plaza porteña, de uno de los grupos “sostén” cultural y político de su gestión o proyecto y que él mismo financia. Carta Abierta reúne fundamentalmente a políticos e intelectuales progresistas, como les gusta denominarse a si mismos, con el propósito misional de esclarecer y difundir en profundidad las bondades de enrolarse en un proceso democrático y popular como el que encabezan Néstor y Cristina. Sus miembros provienen de diversas corrientes, aunque las preferencias están orientadas a la constatación de un paladar negro en ciertas predisposiciones ideológicas de izquierda y centro izquierda con incrustaciones filo peronistas de la misma orientación. En tiempos de bonanza, esto es sin incendios en el horizonte y tampoco en el patio trasero, todo parecía discurrir, en esta fuerza política, en un tono de creciente unidad de concepción y acción. ¿En que consistía su producción o actividad principal? Era un comisariato político, una especie de “observador intelectual” como mecanismo de influencia y acción sicológica sobre un electorado del medio urbano capitalino y desde una supuesta tribuna lúcida y de vanguardia. Para incluirse en sus filas y encuadramiento, había que adquirir el manual un tanto fluctuante de los términos, lenguaje y discurso políticamente correctos y que variaban y varían al compás de los frenéticos pasos de baile de la pareja presidencial. Para transitar desde la transversalidad gorila de izquierda al Partido Justicialista con la gloriosa marchita de Hugo del Carril y después del 28 de junio, vuelta a lo que venga, hay que tener estómago. Pero las modas ideológicas pueden más. De todas maneras, muchos sinceros integrantes de estas huestes, incrementaron notoriamente el consumo de ranitidina. Ahora en la adversidad y ante la incertidumbre sobre los pasos a seguir por la jefatura kirchnerista, arrecian las discusiones violentas y los conflictos sórdidos en su seno. El principal problema que tienen a resolver es: Pino Solanas. Todo venía más o menos bien hasta que el cineasta los corrió exitosamente por izquierda y desde la vereda de enfrente. Cuál fue su mérito: emparentarse mucho más a la verdad reclamada por la gente. ¿Y ahora que facciamo? Quizás no sea intención verdadera, la de Néstor, de ejecutar una contención de tropa en Carta Abierta lo que acaba de hacer sorpresivamente en esta plaza. Más bien tiene toda la pinta de una tribuna no gubernamental y “pensante” para fustigar a Reuteman y Cobos, entre otros. Lo sepa o no Kirchner, ya ese acto forma parte de una negociación con los nombrados y el que caiga. ¿O será un metamensaje para Eduardo Duhalde, ya de regreso por estas playas? Paralelamente, mientras todo esto ocurre, Barrick Gold afirma su presencia lacerante en Argentina.