Malaria, definición Diccionario Real Academia Española: del italiano malaria. Paludismo enfermedad febril producida por un protozoo, y transmitida al hombre por las picaduras de mosquitos anófeles. “Mal aire” del italiano medieval y palus (pantano) en latín y que derivó en paludismo.
El rutinario y necesario informe de la Pastoral Social de la Iglesia Católica Argentina sobre la pobreza en nuestra patria, aturde nuestra razón una vez más. Hablamos de un 40% de aumento por el impacto inflacionario meramente. El crecimiento de la indigencia y el desamparo, se ha precipitado en los últimos dos años de manera escandalosa, mal que le pese a la imagen que pretenden vender desde el gobierno nacional. Por distintas circunstancias nos tocó recorrer la atención hospitalaria de los jubilados en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Es sabido el grado de insuficiencia crónica de todo nuestro sistema sanitario nacional. Problemas históricos de la infraestructura pública y desabastecimiento o carencia de insumos básicos, contrastan obscenamente con la “privatización” de la salud. Pero quizás son más notorias, las condiciones en que arriban los viejos, los que de alguna manera todavía pueden socialmente ser acercados a la precaria atención. Sabemos de los que nunca llegan. Sus entornos familiares son prueba fehaciente del incremento incesante de una intemperie de marginalidad y anomia. Se va a seguir discutiendo acerca del número exacto de fallecidos por la última gripe, cuando es sabido que la principal causa de muerte en la Argentina es la desnutrición de niños y ancianos. La pobreza y la malaria son las verdaderas epidemias que desde hace poco más de treinta años no solo no son combatidas, sino que es evidente que han sido promovidas. La marginalidad de todo, en un aumento programado, fue diseñada como una constante y metodológica política de estado, para echar mano a un número electoral dócil con el objetivo de mantener el statu quo del saqueo. En los pliegues de esa marginalidad, se ha desarrollado a niveles inauditos el tráfico y consumo de drogas. La muerte blanca acumula cotidianamente cifras enormes y creciendo en forma aterradora. No hay crónica ni estadística diaria sobre este auténtico flagelo, tampoco constancia en su difusión. Este sería la razón principal y objeto del gobernar en una democracia social y directa. Atacar decididamente sus causas y consecuencias profundas creando trabajo. Las declamaciones sobre la justicia social en ciernes, ya está gastado. Es viejo y remanido. Ahora se le va a agregar la propuesta de la reforma política como un supuesto mejoramiento de las condiciones “democráticas” para resolver todos nuestros problemas. Es obvio que cielo y tierra claman por otra cosa: una emergencia nacional contra la malaria generalizada. ¿Están verdaderamente incluidos estos temas en alguna agenda de la concertación política, más allá de cansadores enunciados?