No se avizora aun en el horizonte político argentino un principio, un esbozo de cómo es y cómo va a ser el futuro inmediato y a mediano plazo de la Argentina. De los argentinos y sus vidas. Al menos viniendo de las primeras espadas dirigenciales de nuestra patria. Hablamos de un mínimo indispensable en la planificación y conducción de todas las áreas sociales, del trabajo y la economía, de la cultura y la educación, de la emergencia, la diplomacia, etc., bueno bah, gobernar. El ejecutivo actual enamorado de su propio discurso-de una dudosa eficacia anterior-lo confirma, pero ya ni siquiera reinaugura obras y no es que no puede reaccionar o está paralizado en combate. El problema es otro, de este gobierno y de los que se supone pretenden sucederlo y por ahora meros espejos del mismo. Y por supuesto que los Kirchner reaccionaron y jamás estuvieron paralizados. Es más, hasta se podría afirmar que han sido hiperquinéticos. Resulta que todo ese activismo, era por la campaña, con una idea bastante cínica de lo que suponen que la gente espera y le “gusta”. Con una altísima exposición de ambos, dos o tres veces por día se montaban escenarios, algunos más institucionales para la Presidente y otros de batalla para Néstor. Ahora, firmes explicaciones de que no están derrotados explicitadas por la menos desgastada del matrimonio o sociedad presidencial: Cristina Fernández de Kirchner. Poco convincentes llamados a la unidad, al dialogo y la convivencia se producen luego de la instancia electoral. Buitres carroñeros, propios y ajenos, merodean el poder. Nada bueno puede proceder de esta situación, cuya principal característica es la ausencia de política para el conjunto de los argentinos. Todos es asalto al poder. Hasta las virtudes, aunque escasas, de los dirigentes que están en la palestra se ahogan en la sopa y en un salvaje y conocido “¡¡Ahora me toca a mí, viejo!!”. Pero como siempre se dice, cree y espera, de esta ingobernabilidad, desidia, lucro criminal de una casta nefasta, de esta mini crisis dentro de una más prolongada crisis estructural, se puede emerger con mayores posibilidades nacionales y populares que nunca. La base siempre está.
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
jueves, 2 de julio de 2009
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