REMEMBER MISIONES

El voto cuota no arranca. No está funcionando el plan canje de autos, heladeras, lavarropas, cocinas, calefones, termotanques, botellas vacías, palos de escoba, cama vieja, fierro viejo y colchones de lana. Va a demorar un tiempo en tomar color. Quizás eso esté esperando el gobierno, que pasen unos meses y coincidir con la campaña electoral en su apogeo. Un cálculo probable en las especulaciones partidarias desprovistas de toda consideración o sensibilidad social. Negocio vidrioso cuando se está cuesta abajo, porque juega con el volátil humor del mero consumo. Si verdaderamente se realizan estas promesas, nunca va a ser plenamente y jamás con todo el mundo satisfecho. Por la demora y los dudosos beneficios. Por burocracia, desidia, sospechas y boicot empresarial y la justificada falta de convicciones sobre un gelatinoso plan. Las ventajas monetarias de la convertibilidad, todas artificiales, mientras duraron en efectividad, fueron una mejora monetaria directa al bolsillo del caballero y la cartera de la dama. Estando direccionado a la cuota como voto cautivo, funcionó como la sensación, artificial también, de una cierta soberanía en la decisión que tomaba cada persona en sus compras. Todo parecía prosperidad y progreso social. Lo de ahora sería una especie de menemismo social-progresista, pero tardío. Posmenemismo lo podríamos llamar también o menemismo vergonzante, que cuanto más copien e imiten al riojano, más lo van a atacar y enjuiciar, para tomar distancia de sus propios actos. Con los derechos humanos manoseados, sin épica a la vista, transitando fórmulas gastadas de clientelismo, encerrado en una serie de compromisos empresariales que nada tienen que ver con el gobernar, el kirchnerato se precipita a su año más difícil en el año más complicado de los siglos XX y XXI.