HANNAH ARENDT

En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".

viernes, 7 de noviembre de 2008

SIN LÍMITE

Existe una inteligencia que ha “leído” correctamente el estado de las fuerzas políticas y la sociedad en general. Esta lectura, imperfecta por cierto, buscaba exclusividad en la ocupación por asalto al poder formal. El primer dato que les confirmó en su momento la vía libre para actuar, era el de una lógica inmovilidad popular para ciertos espacios inhabitables. Los que aún seguían o siguen aferrados a ellos tienden a la paralización. Y la inmensa mayoría ya no está más ahí hace mucho tiempo, se moviliza de otra maneras y con otras convocatorias. Pero todavía no obtiene el poder formal. Aquella inteligencia ha conquistado ese poder formal de la Argentina, se lo ha apropiado. Es la que se ha sostenido en él durante todos estos años, contra viento y marea. No persigue ningún objetivo político real para la sociedad en su conjunto, al menos conocido. Obviamos todo discurso público, que ya a esta altura del partido no lo puede sostener seriamente nadie. La inacción y vaciamiento de una oposición bastante simétrica con los Kirchner, los ha entusiasmado al extremo de equivocarse sin remedio. No es falta de capacidad interpretativa lo que los ha llevado a esos excesos. Una desequilibrada combinación de soberbia, cinismo, vanidad y temeridad es la que preside sus actos, y sus peligrosos y provocativos desaciertos. Reparando un descuido, han reciclado a lo legislativo como pantano para una oposición que no deja de ser parlamentaria. Mientras sea así, para los Kirchner está todo bien. No es la política como bien común su norte. Son afectos por formación y necesidad a todas las herramientas, si es que se las puede denominar así, que la ideología de la hegemonía en la revolución cultural contra el hombre y su dimensión trascendente, se ha desatado con la modernidad. El uso indiscriminado de esas herramientas delata su pertenencia. Pero su ambición es anterior y fundante de una personalidad a la medida de la decadencia de lo organizado en la Argentina, y que desde hace treinta años no deja de conspirar contra la Nación. Partidos políticos, gobierno, estado, sindicatos, empresas, universidades, educación en general, etc. se han transformado en los ejecutores de las terribles y espantosas políticas que hemos padecido sin descanso. Eso que se considera organizado, es lo que alternativamente ha sido tomado por asalto por distintos grupos que se denominan a sí mismos, gobernantes. Hace unos años, un dirigente devenido en menemista, repetía eufórico en pleno apogeo de Carlos Saúl, “¡¡...el turco es un mago genial!!” Hace pocos días el mismo personaje repetía estas consideraciones con similar vehemencia pero con un notable cambio. El mago, ahora es Kirchner. Toda una pintura de la época.

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