ÁFRICA MÍA

Las elecciones apretadas por cansancio social de Hugo Chávez en Venezuela. La caída estrepitosa del precio del barril de crudo. Una notoria desintegración de la pretendida unidad bolivariana montada en el extraordinario sobreprecio del petróleo. El dato: el otrora ensalzado presidente ecuatoriano Correa, con estos precios del oro negro, está por declararse en default y es notorio deudor de Chávez. Y la permanente búsqueda por parte de Néstor Kirchner de metálico fresco, no importando su costo, configuran un conjunto de razones como para llevar a Cristina al África por la ruta del petróleo y los petrodólares. Los préstamos del viejo sistema británico de última instancia, ya sea en Ibereoamérica o en África son los más caros del mundo. Son los que más dependencia crea y generan pagos colaterales muy jugosos para ese extendido sistema financiero. Más de un gobierno con tal de subsistir como gestión y en su propio beneficio, gustosamente pactan y pagan los leoninos contratos de la usura del petróleo. En nuestro país recientemente, con el lanzamiento del plan Petróleo Plus, se ha beneficiado a los hermanos Bulgheroni y Pan American Energy (léase British Petroleum) con ganancias adicionales que les concede el estado con la argumentación mediática de que es para estimular las inversiones. A Muammar Khadafy, que ha negociado su supervivencia con los dueños del petróleo, lo alientan para un discurso épico que ya no significa lo mismo que hace treinta años. Es que solo, no se puede. Es probable que el presidente libio sea un nuevo Chávez para los Kirchner, en lo que a préstamos de emergencia se refiere. Cada gira de éstas, convierte al matrimonio presidencial en pingüinos cada vez más empetrolados o comprometidos con los requerimientos del universo oil. Cristina volvió del África con expectativas financieras y con el tiempo justo para sacarse la resaca petrolera y atender al presidente mexicano como corresponde. El tema principal con Felipe Calderón es muy caro a los orígenes del imperio de la usura: el fenomenal negocio de la droga. Cocaína y efedrina principales temas de la agenda con el azteca. Seguramente también van a firmar algún acuerdo de intercambio comercial y cultural entre nuestros países. La espera también un viejo keynesiano con planes sindicales en un estilo francamente socialdemócrata y una creciente demanda de respuestas ante la inminente y conflictiva crisis laboral, donde la inquietante rebaja de los sueldos en blanco podría ser una de las principales políticas de estado.