Primer presidente negro en Norteamérica, algo inimaginable hace tan solo unos pocos años. Elección histórica, con una afluencia masiva de electores no obligados a hacerlo. En cien años no votaba tanta gente como ayer. Se habla de ciento cincuenta millones de votos, contra cien de la última contienda. Entre otros componentes, este ha sido el más determinante para darle sufragios extra a Obama. Mucho más que a Mccain. Tan solo el doble. Millones de negros y latinos hacen escuchar su voz y reclamos. Su esperanza, es ser correspondidos. El tiempo lo dirá. Las opciones del triunfante van estar siempre a mano. Inteligentemente puede irse amoldando y estar a la altura de las circunstancias, siendo la más importante el notable apoyo de los más postergados en una sociedad de salvajes contrastes. En plena recesión económica, todos nos imaginamos adonde se va a sentir más. También cabe preguntarse cuál Obama habrá ganado. Si el que movilizó en millones de hombres una esperanza o el que protegió a la banca en detrimento de la gente, durante el desarrollo del fenomenal saqueo de la usura en EE.UU. y el mundo. También quizás aquella terrible exposición a la que fueron sometidos los candidatos, fuese un prerrequisito de confiabilidad política y económica por parte de los auténticos dueños del dinero. Desde algún lugar se necesitaba comprobar hasta donde puede ser fiel Obama. Que mejor que en plena campaña y públicamente. Siempre queda el recurso de justificar ese acto de fe por el lado del diseño publicitario, como “mensaje” tranquilizador a los poderosos, que toda campaña política electoral desarrolla, y sobre todo en Norteamérica. De los dos candidatos presidenciales, el que más fundamentó y abundó vehementemente en la defensa del perverso sistema, fue el que acaba de triunfar. ¿Podrá tener cintura para hacer las dos cosas que tanto se contradicen? Se dice que nunca se puede servir a dos amos al mismo tiempo. Las expectativas son muchas. El primer semestre de gobierno va a ser clave para saber fehacientemente de que se trata esta vez. El dato de la negritud presidencial a poco de andar, se puede convertir solamente en un dato pintoresco de las noticias internacionales o en una instancia novedosa para los pueblos.
HANNAH ARENDT
En 1951, Hannah Arendt escribió: "El sujeto ideal de un régimen totalitario no es el nazi convencido o el comunista comprometido, son las personas para quienes la distinción entre los hechos y la ficción, lo verdadero y lo falso ha dejado de existir".
miércoles, 5 de noviembre de 2008
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